Murcia, 12 siglos con corazón. Casa San Nicolás
T01C019
La vivienda medieval musulmana respondía a las necesidades de habitabilidad de la cultura que la originó, incluyendo el objetivo de preservación de la intimidad: se orientaba hacia un patio central, dejando al exterior muros lisos y pocos vanos, lo que facilitaba el agrupamiento de viviendas. El acceso a la casa se hacía a través de los adarves, estrechas calles vecinales que penetraban en las manzanas y que podían contar con una puerta para cerrarlas por la noche. A partir de esos preceptos, había diferencias de superficie y suntuosidad dependiendo de la riqueza de la familia propietaria.
Una de las viviendas de la Murcia andalusí más importantes excavadas hasta la fecha, probablemente perteneciente a una familia aristocrática, es la de la calle San Nicolás. Aunque parte de la casa estaba ya destruida, el arqueólogo Julio Navarro Palazón documentó un patio o jardín de 121 metros cuadrados con andenes y una alberca. Estamos pues ante un complejo arquitectónico, por la marcada jerarquización y especialización de sus espacios. Además, contaba con un pozo ciego que fue usado como vertedero por los nuevos propietarios tras la conquista castellana, y que ha proporcionado un buen número de materiales; entre ellos, parte del ajuar cerámico de la vivienda, que se conserva en el Museo de la Ciudad.