Murcia, 12 siglos con corazón. Fundación de Murcia
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El domingo 25 de junio del año 825, el gobernador Abd al-Malik recibió la orden del emir omeya Abderramán II de instalarse con sus tropas en un lugar llamado Murcia. Por lo tanto, sabemos que el nombre de la ciudad existía desde antes de existir la propia ciudad, pero de eso nos ocuparemos en otra píldora de historia. Lo cierto es que este amplio territorio junto al Segura donde hoy se levanta Murcia, era una fuente de inestabilidad y de preocupaciones para el emir, que quiso cortar por lo sano fundando una nueva ciudad. Hay quien encuentra el origen de la inestabilidad de la zona en una humilde hoja de parra, y aquí es cuando la leyenda entra en la historia.
La leyenda nos habla de un yemení, humilde aguador, que quiso tapar uno de los cántaros que transportaba usando una hoja arrancada de un parral, parral que pertenecía a un miembro del clan rival, a un modarí adinerado. Animado por el hecho, el yemení arrancó una hoja cada día hasta que el modarí se dio cuenta del extraño deterioro de su parral, y decidió esconderse para averiguar quién se lo estaba dañando. Así fue como cazó al yemení con otra hoja en la mano, estalló la disputa, y el conflicto se hizo tan grande que implicó a todas las poblaciones del entorno. Sólo quedaba que el suceso llegase a oídos de Abderramán II para que su ejército se pusiera en marcha. El objetivo: no dejar piedra sobre piedra, escarmentar a los revoltosos y fundar una nueva ciudad. Había nacido Murcia.