Según esta ong el problema afecta a familias enteras o inmigrantes en situación irregular
Cáritas atendió el año pasado en la Región a unas trescientas personas que vivían en chabolas o infraviviendas en el municipio de Murcia, los del campo de Cartagena y en Cieza. Voluntarios y profesionales de esta ong trabajan desde hace diez años con una realidad social dispersa por el territorio y que afecta, según los casos, a familias enteras o inmigrantes en situación irregular.
Aunque la Región no cuenta con grandes asentamientos de chabolas, como ocurre por ejemplo en la vecina Almería, el problema de la falta de vivienda aboca a muchas personas a situaciones de exclusión social que las Administraciones no terminan de abordar.
Cáritas tiene en marcha desde hace una década un programa de atención y acompañamiento cuyo objetivo final es hacer posible el derecho a una vivienda digna. Los perfiles de personas en infraviviendas difieren y también la asistencia. Familias con niños de etnia gitana procedentes de Bulgaria, inmigrantes solos que trabajan todo el año en el campo de Cartagena o durante la temporada de la fruta en Cieza son los perfiles más recientes, según ha explicado a Onda Regional Marta López-Tortosa responsable de vivienda y personas sin hogar de Cáritas Murcia.
En todos los casos, unos 15 voluntarios y 10 profesionales de Cáritas trabajan con los ayuntamientos, bien para conseguir la escolarización de los menores, atender necesidades básicas o planificar itinerarios y gestionar documentos a fin de conseguir un contrato laboral.
Sólo en 2022 atendieron a unas trescientas personas, entre adultos y menores. Las cifras sin embargo pueden ser mucho mayores y no hay un informe global que permita conocer la situación en toda la Región de Murcia.