El responsable en el Instituto Sismológico de España, Julián García Mayordomo, señala que estamos repitiendo los mismos errores de construcción que explican los enormes daños que sufrieron muchos edificios de Lorca
Que un terremoto como el de Turquía pudiera producirse en la región de Murcia sería "algo absolutamente increíble" desde el punto de vista científico, a pesar de que la falla de Anatolia y la de Alhama de Murcia, la que provocó el seísmo de Lorca, comparten algunas características. El responsable de la base de datos de fallas activas en el Instituto Sismológico de España, Julián García Mayordomo, nos ha explicado que lo que nos salva de un desastre de esa magnitud es la velocidad a la que se mueven las placas tectónicas, mucho más lentas en el caso de Murcia. Pero eso no elimina la posibilidad de que la región sufra terremotos de alta intensidad y hace más sorprendente, a juicio de García Mayordomo, que en España no hayamos aprendido la lección y sigamos sin adoptar una normativa de construcción sismorresistente más exigente y moderna que la actual.
A diferencia de otros grandes terremotos, como el que se produjo en Japón en 2011, en el seísmo de Turquía las placas tectónicas no se han montado una sobre otra, sino que han chocado lateralmente entre sí. Es la misma estructura que presenta en la región de Murcia la falla de Alhama de Murcia, aunque la energía que se ha liberado en Anatolia es 20 veces la que se observó en el terremoto de Lorca.
Lo que nos diferencia es la velocidad a la que se desplazan las placas tectónicas, que en Murcia -afortunadamente- se mueven con mucha más lentitud. Por eso aquí los terremotos son menos intensos y se producen con menor frecuencia.
Sin embargo, nos dice García Mayordomo, no conviene bajar la guardia: hay evidencias científicas de que en la falla de Alhama se registraron en el pasado terremotos más intensos que el que tantos destrozos provocó en Lorca. Sismos de hasta seis grados en la escala de Richter, con una capacidad destructiva sensiblemente superior al de 2011.
Y es esa posibilidad la que lleva a este experto a lamentar que en nuestro país sigamos construyendo con una norma sismorresistente que tiene ya más de 20 años y que no ha incorporado los conocimientos que obtuvimos del terremoto de Lorca. García Mayordomo, que trabaja con frecuencia en la región y conoce bien las fallas de esta zona del país, dice que siente pena al ver que estamos repitiendo los mismos errores de construcción que explican los enormes daños que sufrieron muchos edificios de Lorca.
En Turquía, trabajando ya sobre el terreno, está el contingente de Bomberos Unidos Sin Fronteras en el que hay varios murcianos, entre ellos el enfermero y vicedecano de la UCAM Manuel Pardo, con el que hemos podido hablar hace apenas unos minutos. Nos ha contado que están de camino al punto en el que establecerán su base de operaciones, aunque hoy mismo ya han podido intervenir en un edificio de cinco plantas que había colapsado, en el que los perros han buscado sin éxito algún superviviente.
Pardo asume que empieza a agotarse el tiempo para encontrar a personas con vida entre los escombros de los edificios derruidos. El límite está en las 72 horas, pero las condiciones climáticas, con mucho frío y nieve, pueden reducir notablemente ese plazo.
El equipo en el que está integrado Pardo voló a Estambul desde Madrid y luego tomó otro vuelo hasta Adana, desde donde ahora se desplazan en furgoneta a su base de operaciones. Nos cuenta que, a pesar de los esfuerzos del gobierno turco, las comunicaciones con algunos de los puntos más críticos empiezan a estar colapsadas.
