El candidato a la presidencia garantiza que no defenderá la amnistía porque tiene "principios" y "palabra". Pueden seguir en directo el Debate de Investidura por ONDA REGIONAL
El líder del PP y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo, ha defendido que él podría tener los votos suficientes para ser investido pero ha dejado claro que no está dispuesto a pagar el precio que exigen los independentistas catalanes y aceptar una ley de amnistía que no es sino una "aberración jurídica" y que no avalan la mayoría de los ciudadanos.
Feijóo ha arrancado desde el primer momento de su intervención criticando una ley de amnistía, dejando claro lo que le diferencia como candidato del presidente en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, y denunciando lo que éste está dispuesto a hacer para seguir otros cuatro años más en La Moncloa.
Ningún fin, ni siquiera ser presidente del Gobierno, "justifica los medios", ha defendido el líder del PP, asegurando que es una persona de "principios, límites y palabra" y por tanto no está "dispuesto a renunciar a la igualdad de los españoles y todo lo que compartimos", a pasar por el "aro" que quieren imponer los independentistas "en contra del interés general" y a "traicionar la confianza" de los 8 millones de españoles que le votaron.
"Tengo a mi alcance los votos para ser presidente del Gobierno pero no acepto pagar el precio que me piden para serlo", ha aseverado Feijóo, tras defender que el expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, lo único que quiere es "un presidente aliado en su empeño" y que "le da igual si ese presidente es del PP o del PSOE".
"A los dos nos ha ofrecido exactamente lo mismo", ha asegurado, incidiendo en que la diferencia radica en la "integridad de los dos candidatos posibles que pueden responderle", es decir, él mismo y Sánchez. "La honestidad con uno mismo y la responsabilidad con los demás son un valor, aunque haya quien los subestime", ha reivindicado, instando a Sánchez a tomar nota y asegurando que es algo que también le habrían dicho los anteriores presidente del Gobierno y los antiguos secretarios generales del PSOE.
"Todos nuestros predecesores habrían dicho lo mismo", ha aseverado, porque "lo que el independentismo plantea es una aberración jurídica" y constituye "un ataque directo a valores democráticos esenciales". Así, ha denunciado que "otorgar a quienes pusieron en grave riesgo nuestra convivencia privilegios que se le negarían al resto de los españoles quiebra el principio de igualdad" y ha advertido de que "privar de todo efecto a las resoluciones judiciales que castigaron esas graves conductas rompe la separación de poderes".
A lo largo de su intervención ha repetido en varias ocasiones que él no está dispuesto a pagar el precio que exigen los independentistas, dado que aceptar una ley de amnistía es una "aberración jurídica y moral" y un "ataque directo a los valores democráticos esenciales" del país que no avalan la mayoría de los ciudadanos.
Tras asegurar que "fuera de la Constitución no hay democracia", ha señalado que no va a defender "ni la amnistía, ni el referéndum o cualquier fórmula análoga" para Cataluña. De hecho, ha explicado que otorgar "privilegios" a los que pusieron en "grave riesgo" la convivencia en 2017 "quiebra el principio de igualdad; "rompe la separación de poderes" al dejar sin efecto las resoluciones judiciales; "desautoriza" la actuación de las Fuerzas de Seguridad; y "quedaría también discutida la intervención del Rey en el año 2017".
Feijóo, que ha recordado que los independentistas ya han anunciado que lo volverán a hacer, ha apostado por "reforzar los instrumentos para proteger la dignidad del Estado". Por eso, ha anunciado la incorporación al Código Penal "un delito de deslealtad constitucional" como, según ha explicado, ocurre en la mayoría de los países del entorno e incrementar las penas por malversación de fondos públicos.
Feijóo, que ha afirmado que España vive un "deterioro institucional sin precedentes", ha ofrecido un Gobierno que deje atrás "los bloques y bloqueos", garantice la estabilidad del país y aborde un programa de reformas a través de grandes acuerdos, en el conjunto y comunidad a comunidad.
"No pretendo gobernar en soledad. Mi planteamiento es apoyarme en el trabajo colectivo que desarrolle en esta Cámara y en la sociedad, tomando como ejemplo la Transición", ha manifestado, para añadir que él está harto de "etiquetas de buen y mal español, de buen y mal gallego, de buen y mal catalán", así como de "imposiciones de todo tipo".
En este punto, ha reclamado el apoyo de la Cámara para un Ejecutivo del PP que permita abrir una nueva etapa de pactos de Estado "tomando como ejemplo la Transición", citando seis grandes acuerdos que ya ofreció a Sánchez en su reunión del 30 de agosto: pacto Institucional, por la Economía, por las Familias, por elEstado de Bienestar, el Pacto del Agua y un Pacto Territorial.
Tras justificar haberse presentado a la investidura porque ganó las elecciones y porque se lo propuso Felipe VI, ha recalcado que también se presenta porque quiere ofrecer una "alternativa" que "reponga la concordia, la igualdad, la ambición colectiva que nuestro país ha perdido".
En la parte final de su alocución, se ha dirigido a los partidos nacionalistas e independentistas asegurando que no será sencillo encontrar "otro presidente tan sensible con la España autonómica" o las "particularidades territoriales" como él, pero sin olvidar que la ley es "una garantía". De hecho, les ha dicho que un Estado "garantista es mejor hasta" para ellos.
"Creo que debo afirmar ante ustedes que soy un presidente de fiar. Jamás les diré que sí a todo, pero no tengo ninguna duda de que a Cataluña y al País Vasco les vendría bien un presidente del Gobierno que no vaya a engañar a sus ciudadanos", ha espetado a Junts y PNV.
Después ha mirado a la bancada del PSOE para recalcar que le parece una "anomalía" la incomunicación entre las dos grandes formaciones y ha calificado de "lamentable" que el Partido Socialista haya "llegado a todo esto", tras "acusar de golpismo a todo el que salga de la supuesta línea oficial" o "purgando socialistas discrepantes simplemente por recordar lo que hace dos meses decían todos".
En su discurso, ha desgranado algunas de las medidas que implantaría si llega a Moncloa, algo que el PP ve "complicado" dado que le faltan cuatro votos para la mayoría absoluta. En el capítulo de regeneración, ha planteado despolitizar instituciones como el CNI, el CIS o la Fiscalía y garantizar su independencia. Además ha propuesto llevar a cabo la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y que no haya políticos entre los nuevos miembros.
En materia económica, ha avanzado que si gobierna reducirá el IRPF a las rentas bajas y medias (con ingresos de hasta 40.000 euros), extenderá temporalmente la rebaja del IVA de los alimentos a la carne, pescado y conservas y mantendrá el resto de medidas vigentes contra la inflación, el tipo reducido del IVA de electricidad y de gas.
Además, ha defendido garantizar la ayuda de 200 euros para los más vulnerables y la gratuidad del transporte público, estudiando con la Agencia Tributaria un método para que su aplicación se haga con límite de renta, entre otras medidas.
Feijóo también ha hecho una encendida defensa tanto de la Constitución como de la Transición de la que ésta emana. El líder del PP ha subrayado que la "Carta Magna es el acta de nacimiento de la España democrática, así como el fundamento de nuestro progreso a través del sistema autonómico".
Por eso, ha dicho no compartir que "ese texto pueda ser burlado mediante subterfugios que desprecien el esfuerzo de nuestros constituyentes" y que la Constitución pueda ser "contravenida con decisiones que eliminen de un plumazo la igualdad de todos los españoles".
Al hilo de ello, ha dejado claro que no es "ni jurídica ni éticamente aceptable" el plantearse una amnistía, la autodeterminación o "fórmulas análogas o equivalentes". "Fuera de la Constitución no hay democracia", ha sostenido rotundo Feijóo.
"Hay quien reniega de la Transición", ha dicho en otro momento de su intervención, explicando que él lo que quiere es reivindicarla y "reclamar su vigencia". "Es lo mejor que hemos hecho, porque lo hicimos juntos", ha valorado, advirtiendo de que "divididos nunca lograremos algo mejor".
El líder del PP también ha aprovechado para reivindicar su decisión de someterse a un debate de investidura y para ofrecer su "alternativa" para España, recordando que su partido ganó las elecciones aunque el PSOE "ni con la más mínima cortesía" lo haya querido reconocer y que cuando Felipe VI celebró la ronda de consultas con los grupos parlamentarios fue el que presentó más apoyo, 172, más de los que según ha dicho tendría Sánchez a día de hoy "salvo que se lo oculten a los españoles".
Este debate, ha dicho Feijóo, es "consecuencia lógica del resultado electoral" y escenifica la "normalidad democrática". En su opinión, si desde el PSOE se ha criticado el hecho de que acudiera a la investidura pese a no tener los votos necesarios se debe principalmente a que la sesión de investidura "trunca su relato" y "dificulta el aterrizaje en la opinión pública del precio que otros se plantean pagar para seguir en el poder".
"Esta sesión de investidura nos retrata a todos", ha dicho Feijóo, tanto en la actualidad como "en el futuro en el que todos volveremos a responder ante los españoles".