La Confederación propone desembalsar 277 hm3 este año hidrológico. El descenso será del 30% para los regadíos no tradiciones y del 20 para los tradicionales para que el agua almacenada no baje de los 70 hm3
La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica ha aprobado hoy, con el respaldo de los regantes y por unanimidad, la puesta en marcha de restricciones de agua para las explotaciones agrícolas que se nutren de los caudales que circulan por los cauces del Segura, el Mundo y el Quípar. Este año habrá 70 hectómetros cúbicos menos para regar esas fincas, lo que se traducirá en un recorte del 20% para los regadíos tradicionales (los consolidados desde el primer tercio del siglo XX) y del 30% para el resto. Con este precedente, Confederación también propondrá en los próximos días restricciones para los regadíos alimentados por el Trasvase, la desalación o la depuración.
La medida aprobada hoy por la comisión de desembalse es más estricta que la que los regantes y las instituciones gobernadas por el PP rechazaron a comienzos de octubre en la Junta de Gobierno de Confederación. Entonces se propusieron restricciones que eran sólo del 10% para los regantes que toman caudales directamente del cauce, y del 15% para las grandes explotaciones agrarias que se alimentan fundamentalmente del trasvase y la desalación.
La situación es realmente complicada: el pasado año hidrológico (entre octubre del 22 y finales del pasado mes de septiembre) fue el segundo más seco de la última década. Comparando con el ejercicio previo, la cuenca recibió 72 hectómetros cúbicos menos, y consumió 46 hectómetros cúbicos más. A día de hoy, en los embalses del Segura hay almacenados 188 hectómetros cúbicos, de los que cien proceden del trasvase y sólo 88 pueden ser considerados recursos propios. Por eso el objetivo es limitar al máximo los desembalses explica Mario Urrea, presidente de la Confederación Hidrográfica.
No sólo hay menos agua en la cuenca: también ha llovido menos de lo habitual, casi cien litros por metro cuadrado menos que la media del año pasado. Además, las altas temperaturas de octubre y noviembre han obligado a realizar desembalses superiores a lo habitual para estas fechas. Dice Urrea que el objetivo ahora es tratar de asegurar la campaña de verano.
En cualquier caso, Urrea ha querido lanzar un mensaje de tranquilidad a la sociedad y ha asegurado que el agua para consumo está garantizada gracias, principalmente, a la desalación.