Las inclemencias meteorológicas de 2022 provocaron una reducción del 25% de la producción en Mazarrón, Águilas y Lorca, generando pérdidas por valor de 12 millones de euros
Las malas condiciones climáticas del año pasado, lluvias abundantes en marzo y altas temperaturas en abril, provocaron una reducción del 25% de la producción de tomate en zonas como Mazarrón, Águilas y Lorca, generando una pérdida de 13 millones de kilos y 12 millones de euros. Una situación que se suele tener en cuenta en las reducciones de IRPF pero que este año no ha afectado al sector del tomate.
La Reducción de módulos en el sistema de tributación para los pequeños y medianos agricultores y ganaderos se calcula en base a las inclemencias climatológicas sufridas durante el año anterior con el objetivo de paliar pérdidas económicas.
En 2022, las lluvias y el granizo primero y las altas temperaturas después, incrementaron los problemas fitosanitarios, generaron problemas de enraizamiento y pérdida de polinización de los abejorros por lo que los costes de producción se incrementaron. Por todo esto considera el conesejero de Agricultura, Antonio Luengo, la rebaja del IRPF está más que justificada.
Las organizaciones agrarias como ASAJA aseguran que la situación es verdaderamente crítica ya que al incremento de los costes de producción que alcanzan hasta el 40%, se suma la competencia desleal que están sufriendo con el tomate que llega a la Unión Europea desde Marruecos, donde según su Secretario General, Alfonso Gálvez sus costes son mucho menores, además de unas exigencias de producción que nada tienen que ver con las que se aplican en la Región.
Desde Asaja también exigen esa menor presión fiscal pero apuntan también a futuras ayudas para sobrellevar la sequía actual.
