Los investigadores del Instituto de Oceanografía siguen investigando la composición y efectos de la mancha, que se expande por 12 kilómetros cuadrados de la laguna salada
Una masa de agua blanquecina de 12 kilómetros cuadrados de superficie se observa en el Mar Menor desde hace varios meses y los investigadores del Instituto Español de Oceanografía han detectado que no permea la luz solar hacia el lecho marino. Su composición está siendo estudiada por los científicos y sus efectos están aún por determinar. Es una de las conclusiones que se recogen en el último informe de actualización de resultados de seguimiento del Estado del Mar Menor
Esta masa de agua se comporta de forma diferente a la pluma de la desembocadura de la rambla de El Albujón, habitual en la zona. Sus dimensiones han permanecido inamovibles desde que apareció y se caracteriza por su gran turbidez, según ha explicado Juan Manuel Ruiz, profesor de investigación del Instituto Español de Oceanografía.
El aspecto blanco que tiene y que se observa perfectamente desde el aire, hace que la luz solar se refleje y que por lo tanto al fondo no llegue luz, según las mediciones realizadas por los investigadores, transformando la vida marina bajo su influencia.
Han desaparecido los productores de macroalgas por lo que ya se están produciendo efectos severos a nivel de ecosistema, relata Juan Manuel Ruiz, que dice desconocer si se puede extender.
El investigador del IEO reconoce una estabilización en los parámetros de la calidad del agua apreciables durante este verano , aunque habla de estabilidad parcial con cambios como el del PH del agua desde el colapso de 2016 cuyo impacto está aún por evaluar.