Las consultas comenzarán a partir de las 15:30 horas, los médicos que participen en este servicio lo harán de manera voluntaria, no podrán atender a más de 22 pacientes y cobrarán un complemento de 244 euros
Los centros de salud podrán abrir en horario de tarde cuando acumulen demoras de más de cuatro días, según establece la instrucción difundida hoy por la Dirección General de Asistencia Sanitaria. Las consultas comenzarán a partir de las 15:30 horas y no podrán atender a más de 22 pacientes por facultativo. Los médicos participarán en ese servicio de manera voluntaria y cobrarán un complemento de 244 euros, idéntico al establecido para las peonadas de los hospitales. La Asociación de Defensa de la Sanidad cree que es una medida positiva, aunque insuficiente, y echa en falta que no venga acompañada de un protocolo que defina cómo deben ser atendidos los pacientes con patologías urgentes; el sindicato CCOO se queja una vez más de que no haya ni una sola referencia al resto de profesionales (enfermeros y auxiliares administrativos) que también serían necesarios para garantizar una atención de calidad.
La instrucción establece que la apertura en horario de tarde sólo podrá autorizarse cuando la demora obedezca "a factores externos no habituales ajenos a la gestión del centro", ya sea una acumulación de pacientes por la ausencia de algún médico, o un incremento excepcional de la demanda asistencial vinculado, por ejemplo, a un pico de incidencia de la gripe. Mario Soler, presidente de la Asociación de Defensa de la Sanidad y médico de Atención Primaria, valora positivamente estos controles porque impedirán que algún facultativo pueda caer en la tentación de "desviar" pacientes a horario de tarde para cobrar el módulo.
Soler cree que la administración muestra voluntad de mejorar el funcionamiento de la Atención Primaria, aunque ésta sea una medida estrictamente coyuntural que en absoluto resuelve los problemas del sistema. Hay, no obstante, algunos aspectos que le preocupan. El hecho, por ejemplo, de que la adscripción al horario de tarde sea voluntaria impide asegurar que los pacientes sean atendidos por su médico habitual. Y eso, afirma, es un riesgo.
Otro grave inconveniente de estas instrucciones radica en que dejan en el aire el protocolo médico que deberá determinar quién establece el grado de urgencia con el que debe ser atendido un paciente que acude a la consulta sin cita previa. Mario Soler explica que esa decisión se deja en manos de los equipos de cada centro de salud, pero entiende que el procedimiento debía haber quedado mucho más claro.
Estas instrucciones se refieren exclusivamente a la prolongación de jornada de los médicos y no hace referencia alguna a cualquier otra categoría. Los médicos cobrarán un complemento de 244 euros, pero no hay ninguna previsión de los enfermeros o auxiliares administrativos que deberían atender las consultas de tarde, y mucho menos de qué compensación económica podrían recibir por ello. Miguel Ángel López, de la federación de sanidad de CCOO, dice que ya se han vivido situaciones problemáticas en algunos centros que sólo estaban atendidos por un médico.
A los coordinadores de los centros de salud, esta instrucción no les aclara muchas de las dudas que todavía tienen sobre el funcionamiento de las consultas de tarde. Nos dicen además que hubieran preferido que no fuera necesario esperar a generar una demora de cuatro días para ampliar horario y pronostican que no sobrarán médicos voluntarios para asumir esa prolongación de jornada.
Desde el grupo de coordinadores de centros de salud, el doctor Juan Vicente Alfaro reconoce, por ejemplo, que nadie les ha explicado todavía cómo reorganizar el trabajo para que las consultas en horario de tarde puedan contar con el personal no facultativo que es necesario para garantizar una atención de calidad. Tiene claro que esas consultas necesitarán auxiliares administrativos y enfermeros, pero por ahora no han recibido instrucciones al respecto.
Lo mismo ocurre con el cribaje para determinar qué pacientes pueden ser derivados a horario de tarde y cuáles han de ser atendidos con más urgencia: tampoco hay instrucciones sobre qué profesionales deben encargarse de esa tarea ni qué labores de las que ahora realizan tendrán que dejar de hacer para poder asumir ese trabajo.
De la instrucción hay otros aspectos que los coordinadores de centros de salud hubieran modificado. Dice el doctor Alfaro que no entiende por qué hay que esperar a generar un atasco de pacientes y demoras de cuatro días, cuando hay situaciones que se pueden anticipar. Lo lógico, sostiene, es que se autorizara a abrir por las tardes en el momento en que haya un médico de baja más o menos prolongada, para prevenir los retrasos que inevitablemente provocará su ausencia.
Juan Vicente Alfaro alerta sobre otra circunstancia, en su opinión, no habrá muchos médicos dispuestos a prolongar su jornada durante la tarde. Espera que haya suficientes interesados a los que la contrapartida económica les compense, pero cree que serán mayoría los que rechacen esa posibilidad porque casi todos llevan mucho cansancio acumulado.
