El clima explica que Murcia no encabece la clasificación de comunidades más perjudicadas por la subida de precios, porque el gasto de los hogares en energía es notablemente más bajo aquí que en otras zonas del país
Un estudio publicado por FUNCAS confirma que la inflación acumulada en los dos últimos años ha sido especialmente dañina para los hogares con rentas más bajas de las comunidades más frías del país. Ese factor, el del clima, es el que explica que Murcia no encabece la clasificación de comunidades más perjudicadas por la subida de precios, porque el gasto de los hogares en energía es notablemente más bajo aquí que en otras zonas del país, especialmente en las dos Castillas.
El autor del artículo que hoy publica FUNCAS en sus Cuadernos de Información Económica es Desiderio Romero. Tras analizar la estructura de gasto de los hogares españoles y compararla con la evolución de los precios, llega a la conclusión de que la inflación ha tenido un mayor impacto negativo en aquellas familias que destina un mayor porcentaje de su gasto a alimentos y energía, que son las dos rúbricas en las que más se han disparado los precios. Son hogares que gastan algo más de 1.200 euros al año y, por comunidades, se concentran mayoritariamente en Castilla La Mancha, Castilla y León, Extremadura y Galicia, fundamentalmente en las zonas rurales de esos territorios. A pesar de que Murcia tiene uno de los niveles de renta media más bajos del país, en esta clasificación aparece a mitad de tabla, porque aquí gastamos menos en energía.
La explicación a ese menor gasto en energía no viene dada por nuestra estructura económica, ni por una decisión de política económica. Gastamos menos en energía, porque en Murcia hace menos frío durante el invierno.
Romero cree que la inflación empieza a estar bajo control: las medidas de política económica parecen empezar a dar sus frutos y Europa ha sido capaz de absorber el terrible impacto que la invasión de Ucrania provocó sobre los precios de la energía. En el caso de España, además, el acuerdo de subida salarial que alcanzaron sindicatos y patronales, aporta una dosis de estabilidad muy interesante. En su opinión, el 10% de incremento que los agentes sociales recomiendan es una cifra muy razonable, que amortiguará el impacto de la inflación en los trabajadores sin generar el riesgo de que se produzca un efecto rebote en los precios.
