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Miles de aves mueren electrocutadas cada año en la Región de Murcia

Una decena de organizaciones ambientalistas, bajo el lema #MirandoAlTendido, mapean la comunidad para detectar anomalías y alertar sobre la mortandad de especies como el águila perdicera, en peligro de extinción

ANA R. GÓMEZ
28 ENE 2023 - 15:54
Miles de aves mueren electrocutadas cada año en la Región de Murcia
Organizaciones de voluntarios mapean los tendidos eléctricos y localizan restos de aves. Fotos: ANSE
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Miles de aves mueren electrocutadas cada año en la Región de Murcia
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Miles de aves mueren electrocutadas cada año en la Región de Murcia. Una decena de organizaciones ambientalistas llevan dos años recopilando información, trazando rutas y denunciando cuando es necesario, unidos bajo la iniciativa #MirandoAlTendido.

Cada año se contabilizan casi un millar de aves en total, que apenas muestran el 10 por ciento de la cifra real, pues los cadáveres se desintegran o son devorados. Trabajan en ello voluntarios de Anida, Anse, Ecologistas en Acción, Caralluma, Región de Murcia Limpia, Meles, Naturactúa, Ulula y Asociación Calblanque.

Quieren presionar a la administración y crear conciencia sobre la gran mortandad por colisión y electrocución que sufren miles de aves, rapaces en su mayoría. La consejería de Medio Ambiente ha registrado la muerte de 300 búhos reales, 150 cernícalos y 42 águilas perdiceras en los últimos 8 años.

Jorge Sánchez, de ANSE, dice que han constatado cómo mejora la seguridad de las instalaciones, pero todavía hemos de mirar al cielo pensando que miles de aves mueren electrocutadas cada año en la Región de Murcia, y muchas de ellas están en peligro de extinción.

Los tendidos antiguos, no acordes con la legislación actual, tienen el cableado por encima del apoyo, en vez de por debajo, y eso resulta mortal para aves que, de modo inocente, se posan en busca de reposo. Es una situación asociada a la actividad humana y a la falta de renovación de infraestructuras. Se detecta en la zona de explotación de regadíos, desde el Campo de Cartagena hasta Mazarrón, zonas que resultan fatales para el águila perdicera, en peligro de extinción.

Las soluciones pasan por aumentar la inversión en renovar los tendidos, aunque lo ideal sería el soterramiento. Jorge Sánchez llama la atención sobre el peligro añadido que para las aves pueden suponer las instalaciones fotovoltaicas. En ocasiones se colocan balizas, señales destinadas a evitar el posado de las aves, pero no siempre son eficaces.

En la parte positiva, las sentencias que cada vez apoyan más la legislación ambiental, sobre todo cuando sienta jurisprudencia, como ocurre con lo dictado por el Tribunal Supremo.

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