CCOO y UGT dan la voz de alarma ante el aumento de temperaturas como las que estamos viviendo y piden protocolos de actuación predefinidos para poder reaccionar ante posibles golpes de calor
Los sindicatos dan la voz de alarma ante este brusco incremento de las temperaturas y reclaman que las empresas tomen medidas para garantizar la protección de sus trabajadores frente al estrés térmico. Piden protocolos de actuación predefinidos para poder reaccionar ante olas de calor súbitas como la que estamos viviendo y denuncian la falta de sensibilidad y voluntad de algunas empresas que se están negando a adelantar 15 días la adaptación del horario laboral que permitiría evitar las horas más calurosas del día.
La situación preocupa no sólo por las máximas que hemos alcanzado hoy o las que la AEMET anuncia para el próximo sábado, rozando los 40º; la brusquedad del cambio es un factor a tener muy en cuenta, porque no hemos tenido tiempo de aclimatarnos y nuestro organismo es más sensible al calor, según indica Juan Blázquez, secretario de salud laboral en CCOO.
No perdamos de vista, nos avisan los sindicatos, que las altas temperaturas no sólo derivan en los temidos golpes de calor: un trabajador que realiza sus funciones incomodado por un calor intenso pierde reflejos, concentración y coordinación, lo que equivale a aumentar el riesgo de sufrir un accidente. Y en esas condiciones son también más frecuentes los infartos y derrames cerebrales en el puesto de trabajo, accidentes en los que Murcia lidera la estadística, según explica la responsable de estos temas en UGT, Encarna del Baño.
Lo que los sindicatos tienen claro es que situaciones de este tipo van a ser cada vez más frecuentes y que el cambio climático nos conduce a un escenario al que tendremos que adaptarnos para hacer frente a picos de calor extremo fuera de los meses habituales. Del Baño sostiene que la mejor manera de prevenir es disponer de una buena evaluación de riesgos laborales que identifique de antemano qué medidas hay que adoptar; contar con un protocolo de actuación que pueda ser activado cada vez que sea necesario.
El problema surge cuando la empresa no muestra voluntad por anticiparse al problema. Juan Blázquez nos pone un ejemplo palmario: el caso de una empresa agrícola que se ha negado a adelantar 15 días la adaptación de horarios que ya tiene pactada en convenio para evitar las horas de más calor.
Los sindicatos están citados con la Inspección de Trabajo la próxima semana para analizar la situación y adelantar en lo posible la campaña para vigilar el cumplimiento de las medidas de prevención frente al calor. Una campaña que, ya el año pasado, conllevó la apertura de un buen número de expedientes y que, además, dejó una desagradable sorpresa añadida: con demasiada frecuencia, los inspectores observaron cómo se producían huídas a la carrera de parte de los trabajadores en las fincas que visitaban. Eso sustenta una sospecha más que justificada: da al menos la impresión de que la contratación irregular, la economía sumergida, ha vuelto a repuntar.