El trabajo de la Universidad Jaume I alerta sobre la necesidad de aumentar la vigilancia ambiental de las salmueras de las desalinizadoras por su importante impacto en las praderas de posidonia oceánica
Un estudio de la Universidad Jaume I alerta sobre la necesidad de aumentar la vigilancia ambiental de las salmueras de las desalinizadoras por su importante impacto en las praderas de posidonia oceánica. Es el primer trabajo que analiza estos vertidos al mar desde el punto de vista de la Criminología Verde.
El profesor del Centro de Investigación de Derecho Penal, Criminología e Inteligencia de esta universidad, Esteban Morelle, ha dirigido la investigación centrada en el caso concreto de un planta desalinizadora de Ibiza, pero los resultados podrían extrapolarse a otras instalaciones de este tipo. El informe analiza el impacto ambiental de la salmueras en el hábitat de la posidonia, el ecosistema sumergido más importante del Mediterráneo, y lo hace desde una perspectiva global teniendo en cuenta no solo los daños ecológicos sino también las consecuencias socioeconómicas. Entre las conclusiones, Morelle, destaca la necesidad de ir más allá en las evaluaciones ambientales.
El estudio introduce alternativas novedosas para prevenir y mitigar el impacto de los vertidos de salmuera, como la fijación de un umbral máximo de salinidad, igual que se ponen límites al ruido y otros contaminantes.
Además, los expertos de la Universidad Jaume I plantean soluciones para restaurar ecosistemas afectados, recopilando y sacando partido de experiencias científicas anteriores, por ejemplo, a la hora de repoblar las praderas de posidonia. Una llamada a la acción conjunta de las administraciones y los científicos.