Todos los contratos de este tipo firmados después de mayo de 2023 pueden subir un máximo del 2,2%
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado este jueves, por primera vez, el nuevo Índice de Referencia para el Alquiler de Viviendas (IRAV) que establece la subida máxima en la revisión de los contratos residenciales que se firmaron tras la entrada en vigor de la actual Ley de Vivienda. El Índice se ha fijado en un máximo del 2,2% lo que, traducido a un ejemplo concreto, significa que un alquiler firmado en enero de 2024 con una renta de 900 euros no podría incrementarse en más de 19,8 euros al mes.
El mecanismo es de aplicación en toda España, aunque sólo en los contratos posteriores a mayo de 2023 y con carácter residencial (que no incluyen, por ejemplo, los alquileres inferiores a un año que se suelen realizar a estudiantes). La principal ventaja de este nuevo índice es que amortigua las variaciones del IPC e impide que un pico de inflación se traslade automáticamente a los precios de los alquileres.
"Es una aportación, si quieres, pequeña, pero sí es una aportación positiva porque evita problemas como los que hemos tenido con subidas de la inflación del 10%. Tú tienes en el contrato puesto que se actualiza con el IPC y tu salario no está subiendo y entras en un problema de poder sobrevivir con el contrato y poder pagar. Para evitar ese tipo de shock sobre la renta disponible de las familias que viven en alquiler, pues se busca un índice más estable", asegura el economista Diego Peñarrubia.
El Consejo Económico y Social de la Región ha encargado a Peñarrubia la elaboración de un informe detallado sobre el mercado inmobiliario regional. El economista insiste en que este índice también se tiene que emplear en Murcia por mucho que la Comunidad se haya negado a implementar otra de las herramientas previstas en la Ley de Vivienda, como era la delimitación de zonas de alquileres tensionados.
El efecto de este índice es limitado y no se puede esperar de él que resuelva el problema de acceso a la vivienda que hay en España. La clave, según su diagnóstico, está en poner más vivienda en el mercado: "Hay muchísimo suelo urbano en la Región. La cifra es del orden del triple que la media nacional. Suelo urbano respecto a suelo edificado en España es un 25% y en la Región un 75%".
En Murcia, tampoco es un problema grave la presión de la vivienda turística. A diferencia de lo que ocurre en otras grandes ciudades como Barcelona o Madrid, en los tres mayores municipios de la Región hay todavía mucho margen para viviendas turísticas que, en opinión de Peñarrubia, pueden ser un estímulo para la recuperación de los cascos históricos. Pero advierte de que si no se marcan prioridades y límites se puede provocar a medio plazo un problema tan serio como el que ya existe en otras zonas del país.
¿Qué es lo que limita entonces la construcción de más viviendas? Peñarrubia cita dos aspectos. Uno, es la debilidad del sector empresarial, que no se ha recuperado del enorme golpe que representó el estallido de la burbuja inmobiliaria entre 2008 y 2010 y que se llevó por delante a decenas de promotoras y constructoras. El otro, son los problemas para acceder a financiación. Esa es, a juicio de Diego Peñarrubia, la principal clave: los bancos siguen tratando el préstamo promotor como un producto de altísimo riesgo.