El nieto de Bebo Valdés transmitió emoción desde su piano y el "soulman" neerlandés puso patas arriba el Auditorio Parque Almansa con su ritmo contagioso
Sobre las 21.40 horas comenzó la música en el Auditorio Parque Almansa, primer concierto de la presente edición en el escenario central del XXVI Festival de Jazz de San Javier.
Abrió la noche Roberto Carlos Valdés, "Cucurucho", al piano, que tocó junto a uno de los mejores contrabajistas del jazz español, Javier Colina, colaborador en numerosas ocasiones de Bebo Valdés, como en el célebre álbum “Lágrimas Negras” que grabó junto a Diego El Cigala. Les acompañaron la cantante Alana SinKëy y el percusionista Moisés Porro. Valdés y su banda ofrecieron un repertorio que encandiló al público, al que agradeció varias veces los prolongados aplausos.
Recogió el testigo una propuesta musical totalmente distinta. El vocalista nacido en Surinam y afincado en Amsterdam, Steffen Morrison, irrumpió en el escenario como un ciclón para ofrecernos la música de su nuevo álbum “Legacy”, en el que el soul comparte ritmos con el funk, rock, blues, gospel y pop. Como ya hiciera en su paso por San Javier en 2021, Morrison dejó un excelente sabor de boca. Poco a poco, con su carisma y la energía que transmitían los siete músicos en escena, consiguió meterse en el bolsillo al público, que terminó bailando junto al escenario y en el graderío.
Una noche para recordar en el Festival de Jazz de San Javier, que hasta el 22 de julio nos ofrecerá músicas para disfrutar "a la luz de la luna y bajo las estrellas", como dijo el concejal de Cultura, David Martínez, a Onda Regional.