El Colegio de Psicólogos de la región apuesta por hablar sin reparos del suicidio. El Teléfono de la Esperanza ha recibido más de 900 llamadas relacionadas con conductas suicidas
El descenso del número de suicidios en la región en un 15% durante el pasado año, es una buena noticia pero no se puede bajar la guardia. Fueron 117 las personas que decidieron quitarse la vida, cuando ya habían pasado los momentos más difíciles de la pandemia. Desde el Colegio de Psicólogos se insiste en que queda mucho por hacer y hablar sin reparos del fenómeno es el primer paso.
El Instituto Nacional de Estadística facilitaba los datos, entre los que también destaca el descenso de las muertes entre los más jóvenes, con una caída del 20%. La decana del colegio profesional, María Fuster, señala que hay que seguir trabajando en momentos especialmente sensibles como son los de la maduración de los jóvenes. Pese al cambio de tendencia, Fuster recuerda que queda mucho por hacer, dado que son cerca de 4.000 las personas que se suicidaron en España durante 2023. Dos de los aspectos en los que hay que seguir avanzado son la investigación y la comunicación.
En la jornada divulgativa organizada por el Colegio de Psicólogos de la región y que se ha desarrollado hoy, el consejero de Salud, Juan José Pedreño destacaba la actuación de las administraciones en materia de prevención. En el caso de la región, liderando un proyecto europeo de implementación de actuaciones preventivas.
Laura Moya es psicóloga sanitaria, especialista en la prevención de la conducta suicida y coordinadora del hospital de día infantojuvenil de Alicante y ofrece un consejo fundamental: desterremos la idea de la llamada de atención como algo peyorativo: cuando un joven manifiesta que no quiere vivir hay que escucharlo y buscar ayuda profesional.
Atendiendo cada día llamadas que piden ayuda está el Teléfono de la Esperanza. María Guerrero es su presidenta y cuenta que desde enero hasta septiembre han recibido 928 llamadas con un incremento en la población de más de 50 años.