Los agricultores miran al cielo ante la amenaza de tormentas, esperan agua para el campo, pero que no caiga en forma de granizo
ENRIQUE SOLER.
El granizo podría dar al traste con la cosecha que aún falta por recoger en las pedanías altas de la comarca. En el resto está prácticamente recogida, en una campaña que nuevamente se ha visto afectada por la sequía y que ha sufrido grandes mermas.
"Lo que necesitamos es que caiga agua, para el almendro es lo mejor que puede caer. La recolección ha sido muy floja porque la sequía está acabando con todo", asegura Juan Pedro Martínez, presidente de la cooperativa Frutas Caravaca.
Los agricultores temen que si se prolonga esta situación de sequía siga afectando al propio árbol. Las tormentas de granizo también pueden afectar a la cosecha de oliva, aunque en la comarca es un cultivo minoritario.