Los resultados abren la puerta a nuevas investigaciones sobre patologías como enfermedades raras, artritis, algunos tipos de cáncer o el alzhéimer
REBECA ESCRIBANO | CHEMA DÍAZ
Dos equipos de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia han descubierto el papel clave de una proteína implicada en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Los resultados abren la puerta a nuevas investigaciones sobre patologías con respuestas inflamatorias descontroladas como enfermedades autoinmunes, artritis o el alzhéimer.
Los investigadores de los grupos de Inmunidad, Inflamación y Cáncer y de Genética Molecular de la Universidad de Murcia (UMU) han detectado cómo la ausencia de la proteína PEDS1, fundamental a la hora de producir lípidos abundantes en el cerebro, el corazón y en las células de nuestro sistema inmunitario, produce una muerte programada de esas células. Victoriano Mulero, Catedrático de Biología Celular de la UMU y uno de los investigadores, ha explicado que este hallazgo puede ayudar a mejorar la respuesta inmunitaria de los pacientes.
Todavía no se conoce demasiado sobre las funciones que realizan estos lípidos (plasmalógenos), que se han asociado a un importante papel antioxidante y de diferenciación celular. Sin esta proteína y, por tanto, sin la capacidad para producir plasmalógenos, el equipo de la Universidad de Murcia ha comprobado que se produce la muerte de las células que actúan en el sistema inmunitario, lo que deriva en una respuesta exacerbada de los procesos de inflamación. Sin embargo, los plasmalógenos reducen la inflamación y mejoran la resistencia a una infección. "Este prometedor hallazgo sugiere el uso de plasmalógenos para fortalecer la respuesta inmunitaria en humanos", ha explicado Mulero.
Los resultados han sido publicados en la revista Cell Death Discovery, del grupo Nature, y permitirán nuevas investigaciones sobre patologías humanas que generan respuestas inflamatorias descontroladas, como enfermedades raras, artritis, algunos tipos de cáncer o el alzhéimer.
La investigación se ha realizado con el pez cebra, un animal muy valorado en estudios biomédicos por su similitud genética con el ser humano. Comparte un 70% de los genes, una cifra que se amplía hasta el 85% cuando se trata de genes asociados a enfermedades.
Además de su parecido, su transparencia también entra en juego para ser el modelo favorito de este grupo de investigación, ya que les permite ver en tiempo real la evolución de sus órganos y tejidos. Se suma a todas sus ventajas su rápido desarrollo embrionario, en solo cinco días.
Todas estas características que lo hacen único son las que favorecen que muchos de los hallazgos realizados en este animal puedan trasladarse a estudios en humanos.
"El pequeño pez cebra nos ha ayudado una vez más a abrir la puerta a nuevos descubrimientos, lo que pone en valor la relevancia de la investigación básica en las aplicaciones de la ciencia y a mejorar significativamente la calidad de la vida de los pacientes", han resultado los autores del estudio.