Fernando Prieto, investigador principal del Observatorio de la Sostenibilidad, dice que algunas medidas exigirán tiempo y muchos recursos económicos, porque pasarán por sacar el tráfico del centro de las ciudades
Europa registró en 2023 más días con "estrés por calor extremo" que nunca, en un año en el que las temperaturas estuvieron por encima de lo normal en once de los doce meses. Es la principal conclusión del informe publicado este lunes por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus y la Organización Meteorológica Mundial, en el que se señala que la mortalidad relacionada con el calor ha ascendido casi un 30% en los últimos 20 años. Desde el Observatorio de la Sostenibilidad creen que estos datos avalan la necesidad de tomar medidas urgentes en un país como España que, según afirman, no está preparado para afrontar los efectos del cambio climático.
Es lo que nos dice Fernando Prieto, investigador principal del Observatorio. Los datos recogidos por el informe de Copernicus no admiten duda y eso debería llevarnos a dar prioridad absoluta a todas las medidas orientadas a garantizar nuestra adaptación a esta nueva realidad climática.
La tendencia, además, se mantendrá en los próximos meses siguiendo los registros récord que ya hemos marcado en lo que llevamos de 2024. Nos espera un verano, dice Prieto, en el que tendremos que estar muy atentos a los incendios forestales y al efecto del calentamiento del mar sobre los ecosistemas.
Amenazas ante las que es urgente tomar una serie de medidas que, en España y en opinión de Prieto, siguen sin llegar. Ni la administración central, ni las comunidades autónomas ni los ayuntamientos han hecho lo necesario para que estemos preparados para amortiguar los efectos de este cambio climático.
Las tareas pendientes son muchas. Algunas exigirán tiempo y muchos recursos económicos, porque pasarán por sacar el tráfico del centro de las ciudades; por modificar las estructuras urbanas para incorporar muchas más zonas verdes o por acometer planes de aislamiento del parque de viviendas, especialmente en las zonas de población más vulnerable. Pero hay otras decisiones que son más sencillas y cuya aplicación sería más inmediata, como rebajar los precios de la energía para que las familias con menos recursos puedan acceder a un aire acondicionado o unos ventiladores; incluso disponer "refugios climáticos" en centros comerciales a los que trasladar a la población más vulnerable en situaciones críticas. A eso, dice Prieto, tampoco llegaremos a tiempo este verano.
