El Ejecutivo de López Miras presenta alegaciones al anteproyecto de ley y CCOO cree que se equivocan al alimentar el mensaje de que arruinará a las pequeñas empresas
El Gobierno regional ha presentado alegaciones al anteproyecto de ley para la reducción de la jornada laboral que el Ministerio de Trabajo acordó con los sindicatos UGT y CCOO. El documento, remitido desde la Consejería de Empleo, reclama que la patronal, que se descolgó del acuerdo tras meses de negociación, sea tenida en cuenta en esta nueva regulación y que la reducción de jornada laboral a 37 horas y media semanales se aplique de manera flexible en función del sector de actividad y de la Comunidad Autónoma.
La consejera, Marisa López Aragón, sostiene que la reducción de jornada es inviable si no se tiene en cuenta la realidad de las pequeñas empresas y de los autónomos: "Las medidas que se recogen no pueden ser aprobadas sin tener en cuenta a la patronal. Por otro lado, no tiene en cuenta las particularidades de los distintos sectores de actividad ni la realidad de las distintas comunidades autónomas".
El secretario general de CCOO en la Región, Santiago Navarro, cree que el Gobierno regional se equivoca al alimentar el mensaje de que la reducción de jornada laboral va a suponer la ruina para las pequeñas empresas y los autónomos murcianos. Navarro reconoce que le molesta que el Ejecutivo de López Miras se alinee siempre con los discursos de la patronal y se olvide de los cerca de 600.000 trabajadores por cuenta ajena que hay en esta región y que serán los grandes beneficiarios de la medida.
El líder de Comisiones recuerda que es el resultado de una negociación que los empresarios trataron de boicotear y que finalmente se cerró con un acuerdo entre los legítimos representantes de los trabajadores y el Ejecutivo central. Como ocurrió con la primera subida del Salario Mínimo Interprofesional, la patronal se ha abonado a la tesis de que la reducción de jornada laboral será un desastre económico para miles de empresas. El pronóstico de Santiago Navarro es que, igual que ha ocurrido con la elevación del SMI, la disminución de jornada a 37 horas y media semanales tendrá un efecto positivo sobre la economía del país.
Sostiene que las propuestas del Gobierno regional no tienen sentido. Primero, porque no es verdad que la reducción de jornada laboral vaya a complicar el futuro del campo, porque la mayor parte del trabajo que se realiza en las fincas se hace a destajo, es decir, por objetivos y sin importar el tiempo empleado. Segundo, y principal, porque la solución de una reducción de jornada a varias velocidades implica discriminar precisamente a los trabajadores que ya tienen peores condiciones laborales.