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"La sequía es tan intensa que muchos árboles han entrado en un proceso de deterioro irrecuperable"

Un estudio del Instituto de Ciencias Forestales del CSIC liderado por el investigador, Ismael Aranda, explica que los propios mecanismos de defensa de los árboles para reducir pérdidas de agua acaban por ahogarles

PACO MARTÍNEZ
24 OCT 2024 - 21:08
"La sequía es tan intensa que muchos árboles han entrado en un proceso de deterioro irrecuperable"
Árboles afectados por plagas de perforadores en la Sierra de la Torrecilla en Lorca
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"La sequía es tan intensa que muchos árboles han entrado en un proceso de deterioro irrecuperable"
06:32

Este jueves se celebra el Día Mundial contra el Cambio Climático y lo hace con proyecciones no muy halagüeñas para la Región: un aumento de temperatura que a final de siglo puede moverse, entre un grado y medio y cinco, y unas lluvias que se reducirían un 20%. La solución, dice Juan Pedro Montávez, catedrático de Física de la Tierra de la UMU, depende de las decisiones de las administraciones y las grandes empresas para reducir las emisiones contaminantes. Medidas, asegura, se están tomando pero no a la velocidad deseada. 

Montávez señala que sobre las precipitaciones hay más incertidumbre pero parece claro es que podrán intercalarse años secos con los húmedos pero éstos traerán consigo episodios de lluvias extremos. 

Este cambio de las condiciones climáticas va a tener un efecto muy serio sobre toda la vida vegetal que nos rodea. Las sequías recurrentes y la elevación de las temperaturas son un problema para la agricultura, pero también para una parte de las masas forestales de la península, cuya supervivencia puede verse amenazada.

Un estudio del Instituto de Ciencias Forestales del CSIC revela un riesgo cierto de que se produzcan episodios de mortandad en los bosques de nuestro país. El estrés hídrico es tan intenso, que algunos árboles han superado sus límites de tolerancia ante la sequía y han entrado en un proceso de deterioro irrecuperable. En el último año hemos visto algunos ejemplos en la región de Murcia, pero se dan también en otras zonas del levante e incluso en la Comunidad de Madrid. Ismael Aranda, coordinador de ese estudio, explica que son los propios mecanismos de defensa con los que los árboles tratan de reducir las pérdidas de agua los que a veces acaban por ahogarles.

Aranda explica que el conocimiento de los procesos fisiológicos de las especies forestales es mucho menor que el que se ha desarrollado respecto a las variedades dedicadas al cultivo. Tienen a su favor que abundan los árboles muy viejos, con más de cien o doscientos años, que han demostrado una gran capacidad para adaptarse a los cambios, aunque todo tiene un límite.

La solución no es sencilla. Un bosque no puede sustituirse por variedades más resistentes, aunque hay estrategias de gestión que podrían ayudar. Una, aprovechar los procesos de restauración para introducir mayor diversidad de especies, que respondan de manera diferente a los periodos de escasez; otra, reducir la densidad de las masas forestales que puedan verse más amenazadas. Supone un esfuerzo de inversión de dinero público, pero a su juicio es necesario:

¿Qué retos plantea el cambio climático para la producción agrícola?

Aquí gran parte de las respuestas exigen contar con un elemento distinto: los mercados, que son los que durante las últimas décadas han condicionado la introducción de nuevas variantes para hacerlas más resistentes a la sequía pero también para que sus frutos resultaran más atractivos, más homogéneos en calibre o soportaran mejor el transporte y almacenamiento. Jesús Garcia Brunton, investigador del IMIDA, dice que estamos ante una paradoja, porque a veces son los propios mercados los que impiden el cultivo de las variedades mejor adaptadas.

Lo que tenemos por delante, nos dice García Brunton, es la necesidad de afrontar un cambio profundo en la cultura de la producción agrícola. Hasta ahora, se podía cultivar prácticamente cualquier variedad porque las condiciones climáticas eran estables. Bastaba con ajustar las técnicas de riego o fertilización para obtener buenos resultados. Ahora los cambios van a ser tan bruscos que la prioridad pasará por encontrar la planta que mejor se adapte a ellos:

Y no va a ser fácil, porque no se trata sólo de buscar una variedad más resistente a la sequía. También deberá afrontar inundaciones, granizadas, cambios de temperatura más extremos... y los mecanismos de respuesta que una planta puede desplegar ante esa variedad de fenómenos es muy limitada

 

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