"Llevamos dos inviernos con plagas cuando antes sólo se reproducían con el calor"

El cambio climático y el impacto de la sequía, está generando un mayor número de plagas en el campo murciano. Un incremento de las temperaturas y una reducción del uso de fitosanitarios  para combatir plagas como la del pulgón o el gusano que esta empezando este mes, especialmente en el Campo de Cartagena, dificulta considerablemente la eliminación completa de estos insectos a muchos de estos agricultores. Los expertos ya vaticinan que este invierno se registrarán plagas cuando antes no había.

 

La sequía no solo provoca estrés hídrico en la vegetación y afecta a los ecosistemas naturales, sino que también altera el equilibrio de los ecosistemas urbanos y agrícolas. La falta de agua y el incremento de las temperaturas tiene consecuencias directas en la disponibilidad de alimentos y refugio para los insectos, cuyas consecuencias se dejan ver en cada vez más plantaciones de nuestra comunidad. Andrés Martínez, director del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Alimentarioo (IMIDA), señala que en los últimos meses han experimentado un aumento de solicitudes de atención fitosanitaria y sanidad vegetal ante el incremento de plagas en el campo murciano. Añade que son muchas las llamadas que reciben de los agricultores y que tratan de ayudar a fin de combatir plagas como el virus rugoso del tomate o tigris.

 

El experto en plagas, Víctor Martínez, señala que los principales grupos de insectos vectores de virus tales como los pulgones, moscas blancas y trips son muy susceptibles a cambios de temperatura, viento y precipitación. Añade que la plaga que más está afectando ahora es la del gusano en el Campo de Cartagena y lamenta que cada vez se cuentan con menos armas con las que combatir y que palían con el uso de productos de residuo cero.

 

Martínez confirma que este incremento no solo se está registrando en primavera y verano sino también es cada vez más común en otoño y en invierno. Añade que la temperatura media invernal incrementa la tasa de crecimiento poblacional de muchos de estos insectos vectores, expandiendo sus poblaciones a nuevas áreas, cuando antes no pasaba, lo que origina que las plagas se desarrollen durante todo el año.