Más de 3.000 figurantes y 400 caballos participan en un imponente desfile bíblico-pasional que recrea la muerte y resurrección de Jesucristo
Lorca pone en escena el Viernes Santo el desfile bíblico-pasional de la Historia de la Salvación, una vibrante y lujosa procesión, alejada del recogimiento tradicional de la Semana Santa española, y cuya estética está inspirada en las grandes superproducciones del cine clásico como “Ben-Hur” o “Rey de reyes”.
Más de 3.000 figurantes, unos 400 caballos, imponentes carrozas que recrean templos y palacios de distintas civilizaciones, tronos barrocos, un lujoso vestuario de mantos y túnicas bordadas en oro y sedas recorren una pasarela 600 metros longitud en pleno centro de la ciudad, cubierta de 900 toneladas de arena y con gradas para 10.000 espectadores como en un circo romano.
La avenida Juan Carlos I por la que discurre la procesión se convierte en una especie de túnel del tiempo por el que pasa la la Biblia a ritmo de vértigo, desde el Génesis al Apocalipsis, mezclando la historia cristiana con la pagana y con los personajes más célebres de las civilizaciones clásicas.
Se trata de un monumental auto sacramental, concebido como un ejercicio de catequesis popular a finales del siglo XIX, en el que los espectadores también son testigos directos de las últimas horas de la vida de Jesucristo y los personajes que le rodearon y que, más allá de la religión, se ha convertido también en un poderoso espectáculo.
Cleopatra, Julio César, la reina de Saba, Salomón y el rey David aparecerán en la procesión, como también los cuatro jinetes del Apocalipsis, el anticristo o los ángeles caídos con las trompetas que anuncian el juicio final.
La parte más religiosa de la procesión incluye estandartes, banderas y túnicas, realizados en oro y sedas con una técnica exclusiva que les da aspecto pictórico, tallas de gran valor y valiosos tronos.
El paso Blanco y el paso Azul son las dos cofradías más importantes de las seis que hay en la ciudad y mantienen una gran rivalidad en la arena en su camino a la excelencia.
El desfile bíblico-pasional del Viernes Santo está presidido por el Paso Blanco, que es la última cofradía en desfilar, y que cierra la procesión con el trono de la Virgen de la Amargura