Boolah, uno de los niños que ha pasado el verano en la Región, asegura que le gustaría quedarse y que ha hecho muchos amigos
GINÉS BERMEJO
Los 43 niños saharauis acogidos en Cartagena se despiden de la ciudad y volverán con su familia de origen después de pasar el verano en la Región. Han podido salir del desierto y disfrutar del mar, la piscina y conocer la gastronomía local. Residen en campos de refugiados y en estos dos meses han aprendido un nuevo idioma.
"Me gusta la comida y me gusta la playa, el río y la piscina, yo me baño mucho", asegura Boolah, uno de los niños acogidos por las cuatro familias que han participado en el proyecto de la Asociación Sonrisa Saharaui, y añade que le gustaría quedarse en Cartagena y que ha hecho muchos amigos.