La renta de las familias influye en cómo se distribuyen las bajas con la llegada de un bebé, que está más tiempo con alguno de los progenitores si hay más poder adquisitivo
JAVIER BASTIDA.
Los padres y madres con rentas más bajas alagan menos tiempo los permisos de paternidad, según las conclusiones que se extraen de un estudio publicado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF). Solo el 10% de los padres en los niveles rentas más bajos disfrutan de este permiso de forma fraccionada y lo alargan hasta las 26 semanas.
Sin embargo, en las rentas más altas, este porcentaje de padres se eleva al 29%. Esto significa que hay casi veinte puntos de diferencia a la hora de hacer un uso corresponsable del permiso entre los padres mejor y peor posicionados salarialmente.
Desde 2021 este permiso es idéntico para las madres y los padres, es decir, ambos tienen 16 semanas, retribuidas con el 100% del sueldo, pero las seis primeras deben disfrutarse obligatoriamente por ambos tras el nacimiento o adopción del menor.
Y después de ese mes y medio, las diez semanas restantes de ambos progenitores se pueden fraccionar y no son transferibles de un progenitor a otro. El objetivo es que el menor pueda estar hasta 26 semanas con al menos uno de los dos progenitores. En resumen: 6 conjuntas, unidas a las 10 de la madre y las 10 del padre.
La secretaria de mujer de UGT, Ana Belén Barqueros, asegura que todo lo que sea avanzar en permisos es positivo pero también señala que no todos los trabajadores pueden acogerse a este derecho. Depende, y mucho, dice, del tipo de contrato y de su situación laboral. Con todo, según los datos de 2022 (último año completo al que se refiere el análisis) el 95% de las madres hace uso de las 16 semanas ininterrumpidas.
Por otro lado, mientras que la mitad de los padres también usa ese mismo número de semanas de forma seguida, la otra mitad se reparten entre un 20% de padres que sí fraccionan su permiso usando primero las seis semanas obligatorias, y guardando las 10 semanas pendientes para cuando la madre haya terminado su permiso, y entre, el otro 30% de padres restantes que fraccionan alguna de sus 16 semanas.
Además, a este porcentaje se le suma el hecho de que solo el 10% de padres y madres apuran su permiso hasta el final. El secretario regional de CCOO, Santiago Navarro, asegura que esto ocurre en mayor medida en aquellos sectores donde no hay ninguna organización sindical. En esta misma línea continúan desde UGT y añaden, también, que los más afectados son los padres y madres que ocupan puestos de trabajos precarios.
Ante esta evidencia, expertos proponen hacer cambios en el diseño del permiso para favorecer que una mayoría de los padres, en lugar de una minoría como ahora (20%), lo usen de forma no simultánea con la madre. Estos cambios no tendrían impacto presupuestario y consistirían, por un lado, en reducir las primeras semanas de permiso obligatorio, que actualmente son seis, a solo dos.