Desde UGT argumentan que la medida generará empleo, entre otros beneficios, y desde CCOO defienden una implantación homogénea y no por sectores
Los sindicatos de clase exigen al Gobierno central que cumpla con su promesa de reducir la jornada laboral a 37 horas y media semanales, con o sin el respaldo de la patronal. CCOO y UGT están llevando a cabo una campaña informativa entre sus delegados en la que defienden las bondades de la medida, una acción que culminará con una manifestación el próximo día 26 de septiembre frente a la sede de CROEM.
La jornada laboral diaria no se toca en España desde hace más de cien años, dicen ambos sindicatos. Han cambiado los sistemas de producción, la forma de prestar servicios y toca adaptar a todo esto el horario de trabajo. Hacerlo supondrá la creación de más empleo, dice el secretario regional de UGT, Antonio Jiménez. También ayudará con la conciliación y el reparto equitativo de las tareas del hogar, mejorará la salud psicofísica de los trabajadores y dará la oportunidad de incrementar la formación.
Desde CCOO, su homólogo Santiago Navarro insiste en que no habrá perjuicio para los empresarios, les pide que miren a los países europeos que tienen jornadas más cortas que España y que nos ganan en productividad. Recuerda Navarro a la patronal que la implantación ha de hacerse de forma homogénea, es imposible sectorizarla, porque "lo que no vamos a hacer los sindicatos es perjudicar de nuevo a los trabajadores y trabajadoras que más dificultades tienen para organizarse, llámese sector servicios y llámese también el sector agroalimentario".