El jefe de la Unidad Pediátrica Medioambiental de La Arrixaca, Juan Antonio Ortega, recuerda que la ciencia ha demostrado el daño de sustancias como el plomo en el sistema nervioso de los niños
El jefe de la Unidad Pediátrica Medioambiental de La Arrixaca, Juan Antonio Ortega, pide no obviar los riesgos de la contaminación por metales pesados en los núcleos próximos a la Sierra Minera. Son algunas de las reflexiones del pediatra e investigador a propósito del reciente estudio encargado por la consejería de Medio Ambiente sobre presencia y origen de metales metales en la atmósfera en entornos mineros en tres municipios: Cartagena, La Unión y Mazarrón.
El peligro existe, explica Juan Antonio Ortega, y hay poblaciones como El Llano del Beal cuyos habitantes respiran un aire con un 263% más de plomo que los de las zonas mineras de Mazarrón.
El estudio recoge hasta 43 sustancias contaminantes en el aire, aunque ninguna superación de niveles en el caso de los cuatro metales pesados regulados: plomo, cadmio, níquel y arsénico. El facultativo, coordinador también del comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría, valora los datos recogidos pero matiza algunos aspectos: no se puede obviar -dice- los riesgos reales de este tipo de contaminación. "Los resultados de este estudio desde mi punto de vista requieren un acercamiento cautelar y señalan que no hay motivos para la alarma social y esto es buena noticia, pero el riesgo existe y es real porque detectan metales de los que no hay un nivel seguro conocido y que provocan un daño permanente como es el caso del plomo", recuerda Ortega.
El pediatra recuerda que para muchos contaminantes no existe un nivel de exposición completamente seguro; cuanto menor sea esta exposición menor será también el riesgo de enfermedades asociadas como el cáncer. El estudio recoge, por ejemplo, que el aire que respiran los vecinos de la Unión tiene un 71% más de arsénico que el que respiran los residentes en el barrio cartagenero de Los Dolores. En El Llano del Beal, las concentraciones de plomo son un 263% mayores que en Mazarrón. Hace ya tiempo que la ciencia ha demostrado el peligro de esta sustancia y los daños en el sistema nervioso de los niños, asegura este experto.
Otra de las aportaciones se refiere a la medición de partículas en el aire de menor tamaño, las denominadas PM2,5 especialmente peligrosas para la salud en términos de exposición a metales pesados.
EN EL SIGUIENTE ENLACE PUEDES CONSULTAR EL DOCUMENTO CON LAS CONSIDERACIONES DE JUAN ANTONIO ORTEGA SOBRE EL ESTUDIO