Mediante la creación de un nuevo suelo, se reduce el riesgo de expansión de los contaminantes, a la vez que se facilita el cultivo de plantas aromáticas
GINÉS BERMEJO
Una tesis doctoral financiada por la Fundación Séneca plantea restaurar los suelos de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión y rentabilizar la actuación mediante la producción de aceites esenciales de plantas aromáticas.
El proyecto, desarrollado en el Cabezo Rajao en 21 parcelas de tres metros cuadrados, consiste en crear una nueva capa de suelo con restos vegetales y minerales sobre los depósitos mineros a fin de estabilizar las sustancias contaminantes. Es entonces cuando se planta tomillo y romero, que podría comercializarse para cubrir los costes de la actuación.
Juan Carlos Beltrá, investigador y autor de la tesis, explica que "creamos un suelo a partir de diferentes enmiendas y otra serie de plantas, mezclado un poco con el suelo contaminado". De esta forma, los residuos contaminantes quedarían atrapados bajo tierra, lo que reduce el riesgo de filtración y dispersión en el aire, a la vez que la nueva superficie tiene unas óptimas condiciones para el crecimiento de especies vegetales como la plantas aromáticas.
Explica que, en suelos que están abandonados, el viento y la lluvia esparcen los contaminantes acumulados, pues no hay ninguna capa encima de ellos "porque no se puede desarrollar una vegetación, entonces no hay nada que los retenga", y estos contaminantes pueden llegar al mar, a cultivos o a otras capas de suelo.
El científico defiende su propuesta para solucionar el problema de los suelos contaminados en la Sierra Minera y otros grandes espacios.