El pediatra e investigador Juan Antonio Ortega menciona la brisa marina y los vientos de levante entre las variables beneficiosas de la exposición a los 'espacios azules'
Un estudio científico sugiere posibles factores ambientales protectores de la salud en las áreas más próximas al Mar Menor. La investigación, desarrollada por científicos de la Arrixaca, el IMIB-Pascual Parrilla y el Instituto de Salud Carlos III, constata un mayor riesgo de cáncer infantil en las zonas más alejadas de la laguna.
Se trata de un trabajo exploratorio para intentar explicar cómo los entornos marítimos de mares y océanos, las llamadas 'zonas azules', afectan a la salud de las personas, y se centra en el ámbito territorial de la cuenca vertiente del Mar Menor y en la relación con el cáncer infantil.
Así, se observa un mayor riesgo de estas patologías en áreas situadas entre 2 y 20 kilómetros de la laguna, mientras que en las zonas más cercanas, a menos de dos kilómetros, no se recoge un aumento significativo de ese riesgo en la población infantil.
A la vista de los datos, los autores sugieren la existencia de posibles factores ambientales protectores. El pediatra Juan Antonio Ortega, uno de los autores de la investigación y jefe de la unidad pediátrica medioambiental de la Arrixaca, menciona, por ejemplo, la brisa marina y los vientos de levante entre las variables beneficiosas de la exposición a los 'espacios azules'.
Ortega defiende que "el plan de acción sobre el Mar Menor debería contemplar estudios no solo sobre la flora y fauna, sino también sobre el impacto en la salud del ser humano ribereño", y asegura que "el apoyo a investigaciones adicionales permitirá desarrollar estrategias más efectivas para proteger tanto el ecosistema como la salud de las personas".
Los hallazgos evidencian la complejidad de las interacciones entre la contaminación ambiental y la salud infantil y abren la puerta a nuevas investigaciones. El pediatra cree fundamental ahondar en el estudio del impacto de las 'zonas azules' en la salud y, en el caso concreto del Mar Menor, hacer un seguimiento exhaustivo de exposición a riesgos ambientales con datos socioeconómicos para entender la relación entre proximidad e incidencia del cáncer infantil. Velar por la salud de las personas es inseparable, recuerda Ortega, de la protección del ecosistema.