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Salto al futuro: "Impresoras 3D"

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27 MAY 2017 - 00:00
La sección del periodista Chema Carvajal los sábados en Club de Ciencias

Impresoras 3D

Las impresoras 3D son uno de los pasos más grandes que ha dado la tecnología en la última década, ya que ha traído una democratización de las herramientas de más alta ingeniería a la sociedad. Ya no es necesario tener una empresa de ingeniería para fabricar componentes. Tan sólo dominar el modelado 3D, tener una impresora 3D en casa y material para imprimir.

Las impresoras 3D irrumpieron fuertemente en el mercado hace unos diez años, con altísimos precios y pocos modelos, pero poco sus precios han ido bajando y la variedad aumentando, llegando a tener, hoy día, impresoras de 80 euros, y también de 10.000.

Pero, ¿para qué vale una impresora 3D? Pues para fabricar cualquier cosa que se te ocurra. A día de hoy el uso de este tipo de impresora es muy variado, y entraña grandes oportunidades y peligros, como cualquier avance.

Pero no nos asustemos, por cada mal uso de esta tecnología tenemos decenas de buenos ejemplos de lo mucho que está ayudando a la ciencia.

A día de hoy, las impresoras 3D se usan en campos como la medicina, donde se han empezado a crear medicamentos que son impresos por esta tecnología, que tienen la ventaja de poder imprimir dosis más precisas dependiendo de cada paciente.

También se usan para trasplantes, ya que se ha empezado a crear material con propiedades parecidas al tejido humano, que puede ser impresas y utilizadas en pacientes que han perdido partes de su cuerpo debido a accidentes. Por ejemplo, médicos de la universidad de Pekín imprimieron una vértebra a base de titanio que fue implantada en un niño de 12 años que padecía un tumor.

También se usa para crear órganos, y para ellos se utilizan células vivas como material. Actualmente en la universidad de Connecticut se han creado riñones artificiales totalmente funcionales.

Además de en todos estos campos médicos, las impresoras 3D se usan en el mundo de la automoción, la aeronáutica y en la alimentación, entre otros.

Como vemos, las posibilidades de esta tecnología son prácticamente ilimitadas, y sus beneficios están a la vista de todos. Quien sabe, lo mismo nuestro próximo coche lleva un motor creado por una impresora 3D, o la comida que pidamos en un restaurante esté impresa. O lo que es más importante, es posible, que en el futuro, una impresora 3D nos salve la vida al entrar a un quirófano. Un saludo, y hasta la próxima.

Chema Carvajal Sarabia, periodista


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