EL MIRADOR T02C066 La entrada al mirador
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Buenas tardes, 

 

Hay un montón de objetivos admirables en la vida, pero tenemos que hacernos a la idea de que no podemos cumplir con todos porque a veces son excluyentes y hay que apostar por lo que más conviene en cada momento. Me explico: no puedes intentar ser vegetariano y, a la vez, ayudar a la empresa de tu pueblo que vende jamones. 

No puedes achuchar a los abuelos para darles cariño y no puedes ir de fiesta como íbamos antes, si quieres ayudar a para el virus. 

No puedes preocuparte por el medio ambiente durante la pandemia, porque las mascarillas reutilizables no tienen las mismas garantías, así que lo de luchar contra el cambio climático parece que habrá que dejarlo para después. 

Pero hay otras muchas cosas que solo parecen excluyentes y no lo son. Sé que casi estoy haciendo un trabalenguas, pero voy a poner ejemplos: parece que no podemos quedarnos en casa y a la vez, fomentar el consumo en pequeñas empresas que queremos que estén ahí cuando volvamos a salir. Parece que no podemos cuidar de nuestros mayores sin ir a verlos, ni seguir teniendo amigos si no podemos quedar para tomar el aperitivo de barra en barra y hacer tardeo en Nochebuena y nochevieja. 

Parece que no podemos protestar ni hacer valer nuestros derechos si no podemos salir a la calle indignados para manifestarnos todos apretados. 

Parece. Pero sí que podemos. Podemos fomentar el consumo en pequeños comercios saliendo con la mascarilla puesta, respetando distancias, comprando en sus páginas web o pidiendo a domicilio. 

Podemos cuidar de nuestros mayores entrando siempre con mascarilla a su casa y prescindiendo de abrazos y besos. 

Podemos manifestar nuestra indignación contra quien queramos sin necesidad de juntarnos ni quemar contenedores. Lo hicieron en coche los que no están de acuerdo con la Ley Celaá y lo harán mañana los que quieren asegurar que el soterramiento se hace completo.

Y, os digo una cosa, si conservar amigos depende de emborracharnos con ellos con el codo apoyado en la barra, a lo mejor resulta que no somos tan amigos.   

MARTA FERRERO