La entrada al mirador

Buenas tardes

 

Hoy he leído un artículo sobre los besos, ese gesto de afecto que ahora tenemos limitado, como si fuera una droga de la que nos estamos desenganchando. Estamos tan acostumbrados a dar besos desde pequeños que no le damos tal vez la importancia que tiene, es un invento comunicativo casi tan grande como el lenguaje. Bueno, eso es una exageración, pero ya me entienden. 

 

Dicen los expertos que el beso es la expresión afectiva más compleja y perfecta de nuestra actividad como especie social. Es versátil y se adapta al destinatario en cada momento: no es igual el beso de la abuela, que el de dos amantes, que el que se da por compromiso. 

 

En nuestra tradición occidental, por lo menos en la de los últimos siglos, el beso es el acto más emocionante del enamoramiento, el que marca la diferencia entre dos amigos y dos personas que quieren ser algo más. Por eso el instante previo al beso es una escena recurrente en las películas, porque nos encanta verlo una y otra vez. 

 

No en todas las culturas tiene la misma importancia el beso, aunque los labios son un invento genial para muchas más cosas, con ellos hablamos y gracias a ellos sobrevivimos como especie porque sin labios no se puede mamar.  Hasta los chimpancés, los bonobos o los gorilas usan también los labios y los besos para comunicarse. 

 

Y ahora tenemos limitados los besos y los labios, porque con la mascarilla no se ven, algo que preocupa especialmente a las personas sordas, pero que nos hace perder comunicación a todos, no solo a los que tienen esa dificultad. 

 

Si lo pensamos, el coronavirus nos ha quitado los besos de compromiso y los besos a los abuelos, que deben echarlos mucho de menos. Algunos ya se han inventado formas de seguir besando: en el pelo, dando besos lanzados… como sea para no perder los besos de abuela que son de los mejores inventos del mundo.

 

Y a lo que podemos seguir besando, porque son convivientes y no están en ningún grupo de riesgo, pues habrá que achucharles más para compensar. Hoy empezamos el mirador con el canto del loco diciendo: 

“Que lo bueno y lo que importa está en los besos”