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La entrada al mirador

05:44
01 JUN 2020 - 00:00
Este curioso mundo en el que, mientras unos no podemos salir de la provincia, otros se van al espacio
Buenas tardes,
 
El ser humano es extraño y la vida a veces da giros inesperados. 
Este fin de semana gran parte de la humanidad sigue aún medio confinada. Es verdad que ya no estamos encerrados en nuestras casas, pero en España, por ejemplo, nos han cerrado las fronteras a cada uno en su provincia, y hace décadas que la provincia se nos quedó pequeña. 
 
Ya no nos acordamos, pero hace menos de un siglo, muchos hombres salían de su pueblo por primera vez cuando les llamaban para la mili y si tenían suerte y la miseria no les obligaba a emigrar, no volvían a salir nunca más.  Las mujeres ni siquiera tenían la mili. Luego la cosa mejoró y llegó una palabra mágica: vacaciones. Y las clases medias empezaron a ir a la playa. 
 
Luego nos dio por viajar más allá. Los vuelos en avión se convirtieron en algo asequible y ya no era necesario obligatoriamente alojarse en hoteles, se puede ir de mochilero, alquilar un apartamento, o medio apartamento, incluso alquilar solo un sofá. El mundo se hizo más pequeño que nunca y no descubro nada si digo que ese ha sido uno de los factores que ha hecho que el coronavirus se extienda tan rápidamente.  
 
Hoy empieza el mes de junio y no tenemos muy claro aún lo que podremos hacer este verano. Casi todos volveremos a pensar en la provincia, como mucho en la playa de al lado y lo peor para nuestra economía es que quizá los turistas europeos piensen lo mismo y decidan quedarse en su provincia, su land, su county o como ellos lo digan. Ha empezado una temporada en la que nos toca volver a mirar hacia dentro, al pueblo de los abuelos, volver a hablar con el primo que tiene piscina propia o buscar habitación de hotel o casita rural cerca, muy cerca. Hablaremos en el mirador de hoy con las oficinas de turismo de Mula, Caravaca y Águilas, que ya están abiertas, para saber qué ofrecen y que piden los que acuden allí.
 
Y con este panorama en la tierra, resulta que hemos ido al espacio de nuevo. El sábado, dos señores fueron lanzados desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, en Florida, en la nave espacial Dragon Endeavour de una empresa privada, SpaceX y se acopló con éxito el domingo en la Estación Espacial Internacional. 19 horas tardaron en llegar y cuentan que los astronautas hasta pudieron dormir durante el trayecto, porque supongo que después de 3 horas de ver todo negro y alguna estrella, te entra sueño. Yo de pequeña también me dormía camino de Torrevieja.   
 
Así que mientras más de media humanidad se plantea si podrá salir de su provincia este verano, hay unos señores que se han ido al espacio. Por eso empezaba yo esta entrada diciendo que el ser humano es extraño y que la vida a veces da giros inesperados.

 

MARTA FERRERO


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