Un libro para un estado 14/01/25
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16. Amores imposibles
La otra noche vi Cold War, la película polaca de Paweł Pawlikowski que cuenta la trama de dos amantes durante la Guerra Fría. Me pareció de una belleza fría, descorazonadora, como son todas las historias de amor imposible bajo una dictadura. Los personajes, Wiktor y Zula, saltan de un lado a otro del Telón de Acero, sienten el desarraigo en la libertad, y la opresión en el hogar. Fue una hora y media sentado en el sofá, llenando de invierno caricias y besos antiguos.
Sentí tristeza por estos dos amantes, por todos los que no pudieron expresar su amor por culpa de una dictadura, un Estado férreo que determina hasta la forma de amar de las personas. El comunismo es eso y decenas de países en Europa lo atestiguan. La relación entre Wiktor y Zula me hizo pensar en esos amores imposibles que ha dejado la literatura, que han cruzado toda una geografía de nieve y miseria en busca de la amada, que no se han rendido nunca con la esperanza de encontrar, al otro lado de la alambrada, la imagen de aquella juventud.
Estoy pensando en Doctor Zhivago, una de las novelas más clarividentes en este sentido. Boris Pasternak sufrió la censura y la detención en sus propias carnes, y su novela se publicó en Italia, gracias a Feltrinelli. Los lectores rusos no la leerían en 1988, en plena Perestroika. De frío tiemblan las baldas de mi biblioteca hoy, Alejo, porque el amor a veces es más fuerte que el odio. Solo a veces. También bajo los kilómetros de vías de tren que solo disponen de viaje de ida.
Doctor Zhivago. B. Pasternak
La insoportable levedad del ser. M. Kundera