Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar tu experiencia de navegación y realizar tareas de analítica. Si continúas navegando, entendemos que aceptas nuestra POLÍTICA DE COOKIES
Anoche sonaron por primera vez tres piezas cuyas partituras llevaban escondidas más de cuatro siglos dentro de unos protocolos notariales en Caravaca. Es el Early Music Project