El empresario cordobés explica su proyecto en Onda Regional: duración de 11 años, Ciudad Deportiva con seis campos, y una inversión inicial de 14 millones de euros.
GREGORIO LEÓN
Felipe Moreno es pactista. Huye de la confrontación, y siempre explora cualquier posibilidad negociadora. Y a pesar de las diferencias con Agustín Ramos, deja la puerta abierta a retomar contactos, con el fin de estudiar un acuerdo consensuado que demandan tantos murcianistas, refractarios a la polarización en la que ha caído el aficionado, obligado a elegir bando el próximo 8 de marzo. El acuerdo que cocinaron los dos actores a fuego lento durante cinco largos meses no pudo quedar quedar recogido y firmado en un contrato definitivo. Y aún así, el cordobés está dispuesto a continuar las conversaciones: "En la vida a veces los polos se vuelven a juntar y crean electricidad", asegura en la entrevista hecha en los estudios de Onda Regional.
"¿Se podría repetir la foto de Ramos y Moreno dándose la mano en el restaurante Salzillo?", se le pregunta al exdueño del Leganés. Y de nuevo no se cierra a reemprender negociaciones: "Cosas más difíciles se han visto en este mundo. No me llevo mal con Ramos y le tengo aprecio".
Felipe Moreno, si la junta del próximo 8 de marzo lo decide, quiere ponerse a trabajar cuanto antes, para planificar ya la próxima temporada, sea en Primera RFEF o en Segunda División. "No es que haya visualizado al Murcia en Primera. Es que el Murcia es de Primera", afirma con rotundidad Moreno, añadiendo que este es el reto más grande que ha asumido en su vida, por las dimensiones colosales de la deuda y las perspectivas futuras que ofrece un club de tanto linaje.
El proyecto está perfectamente estructurado en su cabeza, y quiere desarrollarlo en un plazo exacto de once años, con el punto innegociable de que el club tenga su propia Ciudad Deportiva y abandone su trashumancia por diferentes instalaciones de la Región. Felipe Moreno ya ve dibujados para el Murcia seis campos de entrenamientos, cuatro de hierba artificial y dos de césped natural. Uno de esos campos, con gradas para capacidad de 3.000 personas, serviría para que jugara el filial y el equipo de División de Honor juvenil. Los ingredientes de la receta exitosa en el Leganés valdrían para su Murcia.
Ahí lleváis la entrevista completa...
