El máximo accionista del Real Murcia asume el mando este martes, con una agenda de trabajo intensa.
GREGORIO LEÓN
A las siete de la mañana, Felipe Moreno ya está en pie. Le gusta recorrer varios miles de pasos como forma de iniciar la jornada. Eso le despeja la mente para afrontar una jornada laboral cargada de llamadas, reuniones y wasaps. El teléfono es una herramienta insustituible. El cordobés ha pasado unos días en Ghana y Senegal, países a los que viaja en busca de nuevos talentos futbolísticos, que crecen en escuelas deportivas.
Y este martes, ya investido con los plenos poderes que le concedió la última junta de accionistas, pasa a la acción. Acudirá a las oficinas del estadio Nueva Condomina-Enrique Roca, donde tiene previsto celebrar varias reuniones. Una de ellas, con el actual gerente, José Manuel Sánchez. Su empeño es innegociable: llenar el estadio de aficionados. Y después de las ideas que va a desplegar ya para el partido del sábado ante La Nucía, con un 2 x 1 para abonados, y solo cinco euros para el aficionado en general, Moreno sigue dándole vueltas a la cabeza para crear nuevas fórmulas que permitan incluso mejorar el récord de entrada que se dio en el partido ante el Barcelona Atlètic, no superado este pasado domingo con los 26.745 que vieron el partido Deportivo de la Coruña-Castilla, en Riazor.
Felipe Moreno también tiene previsto reunirse en breve con su abogado y hombre de total confianza, Andrés López, un profesional de acreditado prestigio al que considera pieza esencial en el funcionamiento del nuevo Real Murcia. Establecer un calendario de pagos, luego de alcanzar pactos y compromisos, para evitar el embargo reiterado de las cuentas del club por Hacienda y Seguridad Social, será el afán de este letrado.
El empresario nacido en Torrecampo tiene su propio catecismo futbolístico. Y en él no entra la palabra precipitación. Uno de los miembros del nuevo equipo que ha formado para gobernar ahora el Real Murcia comenta a Onda Regional la prudencia con la que actúa, y el tiempo que le dio a Mauricio Pellegrino en el Leganés. Felipe Moreno vio el partido del Murcia en la Nova Creu Alta, y quedó decepcionado, como cualquier murcianista, por el resultado final. Él ya va tomando conciencia de las virtudes y debilidades del equipo, actualmente quinto en la clasificación. Y a pesar del ruido en redes sociales (a las que Moreno es ajeno), del cuestionamiento de la figura de Mario Simón, no hay ningún elemento que indique que el entrenador peligre en su puesto. No es el modo de actuar de Felipe, que medita cada decisión. Y aunque vea al equipo lejos de la cabeza, quiere hacer todo lo posible porque el ascenso no se demore y se produzca este año, según cuentan personas muy próximas a él.
La estructura técnica del Real Murcia quedará redefinida. Felipe Moreno no es partidario de conceder un poder integral a una sola persona, dejar la responsabilidad de los aciertos y los fracasos en un profesional, y apuesta por una fórmula colegiada, que casa con los planteamientos actuales del club, cuya comisión deportiva está articulada de esa manera. Dentro de la nueva estará José Miguel Almagro, exjugador del Murcia y extécnico de varios clubes, además de amigo personal de Felipe desde hace más de una década. Falta por definir el papel que tendrá Antonio Pedreño, otro profesional de prestigio deportivo conseguido durante treinta años con varias experiencias en banquillos, y que permanece de consejero. Agustín Ramos parece quedar excluido de decisiones deportivas, de acuerdo a las palabras de Felipe Moreno, que le ha reasignado funciones institucionales de gran valor. Felipe Moreno lo quiere tener a su lado, sí o sí, y está empeñado a convencerlo de que no se vaya el 30 de junio.
