El máximo accionista del Real Murcia no contempla un cambio de entrenador a estas alturas de temporada, y considera que todo obedece a una racha negativa que espera acabe el domingo ante el Cornellà.
GREGORIO LEÓN
Felipe Moreno está de regreso en España. El domingo debutará en el palco del estadio Nueva Condomina-Enrique Roca, y podrá evaluar de primera mano el estado del equipo, que se ha caído de la zona de 'play off' por culpa de una secuencia de cinco empates consecutivos. Pero el máximo accionista de la entidad grana está al corriente de todo. El responsable del área deportiva, José Miguel Almagro, le hace un informe oral cada vez que el equipo juega. Y Moreno no contempla un cambio de entrenador. La primera razón, por su naturaleza cauta, que le ha hecho aguantar a técnicos que acumulaban malos resultados (echó a Mauricio Pellegrino en una situación extrema, después de siete derrotas seguidas en el Leganés) y segundo, porque considera que el juego del equipo mereció el premio de la victoria ante La Nucía y este pasado fin de semana, en Los Pajaritos. Que no llegara responde a los caprichos de ese globito al que ha aludido en más de una declaración durante los últimos meses.
"La pelota no quiere entrar", diagnostica Almagro, cuyo mensaje tampoco es alarmista. Mario Simón no se la juega en el partido ante el Cornellà. El Consejo de Administración quiere arropar al entrenador, y no transmitir una imagen de debilidad de Mario Simón, en el que confía para llevar al Murcia, cuando menos, a la promoción de ascenso a Segunda. Solo un desplome catedralicio el domingo podría hacer repensar una idea que en estos momentos está consolidada.
