El nuevo máximo accionista del Real Murcia le concede atribuciones a Agustín Ramos, y cuenta con él para el gobierno del club.
GREGORIO LEÓN
Agustín Ramos quería irse el próximo 30 de junio. No estaba dispuesto a desempeñar un papel ornamental. La figura de presidente institucional le rebajaba a la condición de figura decorativa, vacía de contenido. "No tengo necesidad ni ganas de ser presidente florero. Ya lo he sido presidente, con poderes, y ya ese gusto me lo he dado", le ha comentado el dueño de Fibranet.
Pero Felipe Moreno lo ha convencido esta tarde para que siga también la próxima temporada, o el tiempo que quiera. "Debes ser presidente con todas las consecuencias. Y no tomaré ninguna decisión sin contar contigo", le ha asegurado el cordobés a Ramos, añadiéndole que se sentía más cómodo con él al lado, respaldado en un trabajo de enorme responsabilidad y trabajo como gobernar un club del tamaño del Real Murcia.
Felipe Moreno pretende que Agustín Ramos siga de presidente el tiempo que quiera, y sueña con verlo sentado en los palcos de Primera División, representando en primera línea al Real Murcia.
Y la famosa foto del año pasado en el restaurante Salzillo, que selló el pacto inicial, se ha reactualizado hoy.
