Juanjo renueva su contrato por el club murciano por una temporada más. El ciezano es una de las piezas imprescindibles del equipo de Dani Martínez.
GREGORIO LEÓN
Juanjo Angosto es un jugador que da títulos. Los coleccionó en su primera etapa en ElPozo, a veces de tres en tres. El año 2010 fue singularmente fecundo. El triplete engrandeció las vitrinas del histórico club murciano. Pero después buscó nuevos horizontes profesionales, hasta convertirse en una pieza insustituible en el mejor Barça. Con el escudo azulgrana en el pecho le quitó una Liga, la primera de Giustozzi, con paradas inverosímiles. Y la fuerza magnética de la familia le impulsó a abandonar Barcelona, donde tenía un cheque en blanco. Regresó a casa. Todos tenían la certeza de que le daría títulos, claro que sí. Pudo ser en Jaén allá por 2022, pero el desenlace insólito de la final en aquella tanda de penaltis con decisiones arbitrales inexplicables, dejaron el confeti a un milímetro. Juanjo hizo su trabajo. Paró el penalti decisivo. Los colegiados, no. También cumplió con su parte del trato en la reciente Copa de España. Detuvo penaltis en semifinales, y hasta dos seguidos a Adolfo en la final. Pero tampoco así. Y ahora mira a la Liga. Caza mayor.
Una lesión en la rodilla poco antes de la Navidad prendió todas las alarmas. ¿Y si llegaba la hora de la retirada? Un momento que Juanjo está aplazando, y que ElPozo teme. Con 38 años sus condiciones atléticas son admirables. Su rendimiento, óptimo. Su comportamiento en los entrenamientos intachable, buscando atajar cada balón como si fuera un chaval que debutara el fin de semana. Fue sometido a una intervención. Y gracias a las manos de Paco Martínez y de Francisco Javier Jimeno, Juanjo es en estos momentos el portero de siempre. El ángel de la guarda de ElPozo. El equipo murciano podrá dormir tranquilo todas las noches.
