El equipo solo ha ganado cuatro veces con más de 20.000 personas en el campo, desde el día de su inauguración. Aurelio Olmedilla, psicólogo del club, busca las razones.
GREGORIO LEÓN
Es una ley inderogable. Han pasado los presidentes, los proyectos y los rivales. Pero el estadio Nueva Condomina es víctima de una hechicería que llena de frustración a los aficionados del Real Murcia. Las vísperas de mucho son días de poco. A veces, de nada. Durante toda la semana los aficionados solo tenían un pensamiento obsesivo en la cabeza: el partido del domingo. Y al frente de una ilusión desbordada, el presidente.
Entre las ambiciones con las que llegó Felipe Moreno al Murcia aparece, en lugar preeminente, llenar el campo. Nada más inútil que un asiento vacío. Pero el destino es inexorable. La historia no para de enseñar ejemplos. Por razones que huyen de cualquier explicación de lógica deportiva, la derrota es compañera inseparable de las grandes entradas.
Desde que se inauguró el estadio, con un 1-4 que ya parecía anunciar proféticamente lo por venir, el Real Murcia solo ha disfrutado de cuatro victorias cuando se han reunido en Nueva Condomina 20.000 personas o más. Y todas se concentraron en una sola temporada, la que representó el regreso de los grana a la Primera División. La primera fiesta fue una noche lluviosa de agosto. Llegaba el Zaragoza. Toda España vio el partido, transmitido por La Sexta, con una entonces desconocida Sara Carbonero de inalámbrico a pie de campo. El Murcia ganó por 2-1. Le secundaron otras victorias, ante Racing de Santander, Recreativo y Valencia.
No hay que escarbar demasiado para encontrar resultados decepcionantes en el último tramo de la historia grana. Ya con Felipe Moreno a los mandos, el récord de asistencia en Primera RFEF (27.831) no se vio correspondido por un triunfo. El Barcelona Atlètic se llevó un punto. El próximo día 5 se cumplirá un año de aquel partido. Y el ejemplo más reciente, este domingo. Con todos los elementos a su favor, olfateando ya un puesto del 'play off', toda la trama del partido saltó a los ocho minutos, con el gol del Intercity. Todos los esfuerzos posteriores fueron inútiles.
El 0-1 se elevó a definitivo, en medio de la frustración de los 22.315 espectadores presentes en Nueva Condomina, la tercera mejor entrada del día en todo el fútbol nacional. No sirvió de nada. Y el aficionado, mueca de disgusto deformándole la boca, descorazonado, abandonó el campo, mortificado por un maleficio que persigue secularmente al equipo.
25 agosto 2007. Murcia, 2 - Zaragoza, 1 21.880 espectadores
28 octubre 2007. Murcia, 1 - Recreativo, 0 23.390
16 diciembre 2007. Murcia, 2 - Racing, 1 22.950
6 abril 2008. Murcia, 1 - Valencia, 0 24.514
