El tenista murciano cae en tres sets ante Andrey Rublev (6-4, 3-6 y 2-6), y no podrá ganar por tercera consecutiva el Mutua Madrid Open.
GREGORIO LEÓN
Llegó acechado por las dudas. Bordeó el peligro haciendo ejercicios de funambulista ante Struff. Hizo entrar en pánico a su equipo, por culpa de un antebrazo que requiere los cuidados de la seda. Carlos Alcaraz, llevándole la contraria a los pronósticos, incluso a los que él habría hecho apenas hace diez días, se plantó en los cuartos de final del Mutua Madrid Open. El murciano quería renovar su romance con el torneo de la Caja Mágica. Pero en su camino apareció un imponente Andrey Rublev, que encontró en la arcilla, que lo había condenado hasta llegar a Madrid, su redención.
Con el techo de la Caja Mágica desplegado, ante la amenaza de lluvia, arrancó el partido. Pronto el ruso dispuso de una oportunidad de quiebre, desbaratada por Carlitos. El murciano, que siempre saber encontrar el resquicio, firmó la primera ruptura tan pronto como pudo. 4-2. Luka Modric aplaudía. El jugador del Real Madrid, recién regresado del infierno de Múnich, una leyenda, se entregaba a otra que lo será, a no dudar. No es otro el destino que le espera a Carlos Alcaraz. El primer set cayó de su lado.
Las dificultades crecieron en el segundo. Rublev sacó adelante su turno de servicio. Y se puso 0-40 en el siguiente juego. Carlitos llegó al deuce. Pero su oponente aprovechó la quinta oportunidad de break. Con unos servicios impecables, buscando ángulos imposibles para Carlos Alcaraz, el ruso creció, punto a punto, y acabó atrapando el set.
Y así se llegó al tercer capítulo. El juego a ráfagas de Carlos Alcaraz no era suficiente para frenar la precisión con la que actuaba Rublev, impoluto al servicio, sin darle apenas opción al murciano de restar. Le hizo un break, y luego otro. Leía dejadas, restaba con violencia. El partido estaba ya decantado a su favor. Alerta roja para Carlitos, que muy lejos de su mejor nivel, no tuvo más remedio que entregar la cuchara.
Si el martes por la noche el Mutua Madrid Open perdió a Rafa Nadal, este miércoles cayó su otro chico favorito: Carlos Alcaraz. En perspectiva, Roma y París, las próximas citas para los dos.
Alcaraz confesó en rueda de prensa los problemas físicos y mentales que encontró este miércoles en la derrota contra el ruso Andrey Rublev. "Duele perder, duele tener opciones y no aprovecharlas. Ha sido un día difícil después del partido de ayer. Llevaba bastante tiempo sin jugar un partido exigente y hoy me he levantado con agujetas en todo el cuerpo, el antebrazo estaba ahí, y hoy me ha pasado un poco factura", aseguroó.
El doble campeón en la Caja Mágica no pudo exigir a un Rublev que cuajó una remontada perfecta. "No le quito crédito al partido de Rublev. Mentalmente he sido un poco más débil. Estaba quejica, me he quejado bastante. Me duele tener opciones y no aprovecharlas, sobre todo que sea por mí. Te da pocas Rublev y cuando las tienes y fallas, duele. Debía haber estado más duro, más fuerte mentalmente, esperar otra oportunidad. Eso me ha pasado factura", afirmó.
"Es una semana muy positiva, no sabía si iba a poder jugar cuando llegué. Hemos llegado a cuartos, grandes partidos a un nivel bueno, así que en general ha sido positivo. Ni mi equipo ni yo pensábamos que iba a llegar donde he llegado. Una vez entro en pista no me gusta perder, da igual que no tenga las mejores sensaciones, pero si miramos el global, ha sido una semana muy buena", celebró.
Además, Alcaraz explicó el debate interno que sigue su juego buscando mejorar como tenista sin perder su pegada, con el añadido de la lesión que le mantenía inactivo desde el torneo de Miami. "He sido número uno por la alegría de mi juego, pero voy creciendo y dando importancia a los momentos, que no debería, voy madurando para lo bueno y para lo malo. Debo tener esa frescura pero quizá en mi cabeza, en momentos, le doy importancia. Tengo que manejar las situaciones de otra manera, espero que sea para mejor", dijo.
"Voy a estar con la protección en el antebrazo en Roma, también espero con cariño a Djokovic (bromeó). Pensé más en el antebrazo hoy que en días anteriores. Después de jugar tres horas ayer, sabía que iba a sentir alguna cosa, o iba a pensar en ello. No pude empujar a Rublev al límite y así es difícil", insistió.
