Alaba adelantó a los blancos en el minuto 32. Lucas Vázquez sentenció en el 93. El Barça marcó por medio de "Kun" Aguero. Dirigió el choque el árbitro lorquino Sánchez Martínez.
GREGORIO LEÓN
Ganó el Real Madrid. Pero también el fútbol. De las gradas desiertas, desnudas de espectadores, a un casi lleno en una de las catedrales del mundo: el Camp Nou.
El Barça interpretó mejor el juego en los primeros minutos, encajonando a su rival. Pero ese dominio abrumador no tuvo traducción práctica. Dest falló a un metro de Courtois. Pero Alaba no lo hizo. Vinicius estuvo en el origen de la jugada, que terminó el austriaco con un remate violento, impecable. El brasileño, poco a poco, había empezado a desarticular el sistema defensivo del Barça, sin que Mingueza pudiera hacer nada por neutralizarlo. Y aunque el Madrid ocupó mejor los espacios y encontró metros para tramar contragolpes, el Barcelona tuvo sus opciones. Una, de cabeza, con Piqué de protagonista. La segunda, con el pie. Ansu Fati tuvo en sus botas el empate.
En la segunda mitad apretó el Barça, más inspirado con Coutinho en el campo. Pero el Madrid tuvo chance a la contra. Modric le regaló un balón de oro a Benzema, que no le pegó bien. Koeman, para darle un acento más ofensivo al Barça, colocó a "Kun" Agüero por Ansu Fati. Pero no surtió efecto. Una galopada de Marco Asensio permitió a Lucas Vázquez hacer el 0-2, que sentenció el clásico. El gol de Agüero, en el 96, llegó demasiado tarde para los catalanes.
Dirigió el partido el colegiado lorquino Sánchez Martínez, que acertó en las decisiones principales que ofreció el duelo.