El portero malagueño ganó la primera liga de los murcianos, en 1998. Ahora retorna al club, para entrenar a los juveniles.
GREGORIO LEÓN
Habían pasado ocho años desde que ElPozo se puso a caminar. Algún remate se fue al poste. Desaprovechó alguna oportunidad para conquistar una Liga que se le negaba. Pero en 1998 nada podía apartar al club de su destino: ser campeón. Era el quinto partido de una final jugada con toda la carga de intriga de las grandes películas de suspense, contra Caja Castilla Talavera. El público, que paladeaba cada regate de Paulo Roberto, también aplaudía con devoción las paradas salvadoras del portero. Un tipo nacido circunstancialmente en París, pero malagueño como la calle Larios: Ricardo Jiménez.
Arconada era su ídolo. Y lo imitaba, con acciones felinas que lo convirtieron en un actor de primera línea de aquel triunfo para ElPozo. Ahora retorna al club murciano. Lo esperan los juveniles. El Legado de ElPozo crece con la llegada de una leyenda.
Ahí os dejamos la entrevista completa a Ricardo...