El presidente del Real Murcia defiende su postura en las frustradas negociaciones con Felipe Moreno, recuerda que el perjudicado es él y pone su cargo a disposición del club
GREGORIO LEÓN / FERMÍN NOAIN
Agustín Ramos, presidente del Real Murcia entiende que la ruptura de las negociaciones con Felipe Moreno "es total a un 99%" y se siente "decepcionado". El máximo dirigente grana se defiende: "El perjudicado de la ruptura soy yo, porque he de seguir con el timón, no ha sido culpa mía".
Ramos señala que "el Murcia no podía aceptar que Felipe Moreno exigiera no responder por deudas del pasado. Todos hemos pagado deudas antiguas. Felipe me propuso hacer un negocio juntos, sacarle rentabilidad al Murcia. Y yo acepté eso: salvar al club, pero con una inversión". El derecho de arrastre solicitado por Paco Tornel, Paco García, Mariano Albaladejo e Higinio Pérez ha sido otro de los puntos de fricción: "El derecho de arrastre no puede ser sólo para 4, sino para todos los accionistas. No podía aceptar esa propuesta que solo beneficia a 4". Tampoco hubo acuerdo en el nombramiento de un árbitro para resolver conflictos: "Felipe propone un árbitro, Andrés López. Un gran profesional, pero no debía ser árbitro. Que haya dos".
El Real Murcia celebra este martes Junta de Accionistas, marcada por la crispación. Ramos dice que "la junta es soberana y puede ocurrir cualquier cosa". La impugnación de la Junta anunciada por Mauricio García de la Vega "crea inestabilidad", según el presidente, que apunta a Felipe Moreno: "Sobre la impugnación de Mauricio, Felipe me dijo: no hagas caso, esto es cosa mía. No, no, no es cosa tuya, Felipe. Es cosa del Murcia. Y en la impugnación de Mauricio, no había nada de un acuerdo de él con Felipe".
El presidente del club lanza un mensaje de optimismo: "Con Felipe o sin Felipe, el proyecto sigue. Hay empresas y fondos que quieren entrar. Podemos, con o sin. Hemos podido y podemos".
