El delantero murciano jugó ante el Atlético Levante su partido número 23 de la temporada, con lo que amplía contrato de forma automática.
GREGORIO LEÓN
Es el jugador emblema del Real Murcia. Su fichaje suscitó el aplauso unánime de los aficionados, que llevaban años anhelando la incorporación de Andrés Carrasco a la plantilla grana. Agustín Ramos lo conocía de sobra. Y Manolo Molina también, claro. Fue la primera gran operación del pasado mercado de verano. Y las expectativas han quedado cubiertas, con creces. Traer a Andrés era como comprar un coche alemán. O apostar por Rafa Nadal. Una apuesta que sabes que es segura. Y ahí están los ocho goles firmados para acreditarlo.
La dirección deportiva grana, muy hábil, no quiso dejar al azar la continuidad de un delantero de este calibre. Y pactó con el delantero que el contrato quedaría de forma automática para el caso de que disputara 23 partidos con la camiseta grana.
Andrés Carrasco ha encajado esta noticia con naturalidad, sin grandes celebraciones. Su objetivo es el bien común, el ascenso, más allá de sus avances individuales. Y este lunes ha tenido otra noticia: solo tiene una sobrecarga, sin rotura muscular. Podrá jugar el domingo en El Ejido su partido número 24.
