El tenista murciano arranca el ATP 500 de Hamburgo este martes (a partir de las 14 horas, en Movistar) ante Nicola Kuhn, número 259 del mundo.
GREGORIO LEÓN
Carlos Alcaraz tiene una espina clavada, molestándole. Su partido ante Jannik Sinner no estuvo a la altura de lo que demandaba una cita como la de la pista central del All England Club, en Wimbledon. Y aunque tiene una facilidad natural para asumir las derrotas, que gestiona con la misma tranquilidad que los éxitos, está deseando ofrecer de nuevo su mejor tenis. El ATP 500 de Hamburgo le brinda esa oportunidad. No es casual que sea el cabeza de serie número 1. Con esa etiqueta apareció también en el Next Generation ATP Finals, en Milán, y allí no traicionó los pronósticos. Era entonces el 32 del mundo. Su cumpliera aquí también con las expectativas, se transportaría al puesto número 4 del mundo, algo que solo ha hecho con diecinueve años Rafa Nadal, allá por 2005. Y conseguiría el quinto título del año. Roger Federer hubo de esperar a cumplir 22 años para lograrlo. Djokovic, a los 20.
En el Rothenbaum Tennis Center aparece como gran favorito, por encima de Andrey Rublev (número 7 en el ranking ATP), Diego Schwartzman (14) y Pablo Carreño (23).
La primera cita será frente a un tenista también muy joven, Nicola Kuhn, que aparece en el puesto 259 del mundo. De padre alemán y madre rusa, se ha declarado devoto seguidor del Real Betis.
Los datos son abrumadores a favor de Carlitos, que ha ganado 35 partidos sobre un total de 40 en este año 2022. El murciano aprovechó para relajarse en el día previo a su estreno en Hamburgo, jugando al golf con su entrenador Juan Carlos Ferrero. Si ganara este martes, su siguiente rival sería Sebastián Báez o el serbio Filip Krajinovic.
