El jugador muleño, extinguido su contrato con el Fuenlabrada, está libre. Desde la cúpula directiva alimentan el deseo de verlo vestido otra vez con la camiseta del Real Murcia.
GREGORIO LEÓN
Después de cumplir un ciclo de cinco años en el Eibar, donde fue una de las figuras esenciales del equipo de Ipurúa, Pedro León encontró acomodo en el sur de Madrid. Tenía tres opciones y se inclinó por el Fuenlabrada, cuya trayectoria irregular le ha llevado a perder la categoría. Y eso ha liberado al muleño del contrato que vinculaba a las dos partes. Pedro León está libre. Y en el Real Murcia andan atentos, dispuestos a movilizarse al mínimo resquicio que descubran para intentar atraerlo al proyecto grana ante los desafíos que presenta una división tan exigente como la Primera RFEF.
El sueño es acariciado por los máximos dirigentes que constituyen la cúpula del club. No esconden que es un deseo que alimentan. El futbolista, con 35 años, puede ofrecer unas prestaciones altísimas, y ser bandera del nuevo Real Murcia que estrena categoría.
Pero, al mismo tiempo que sueñan con Pedro León, son realistas. Las posibilidades son escasas. El muleño, que ha firmado una temporada notable, es pieza codiciada de clubes de Segunda División. Uno de ellos, el Leganés. Y el Real Murcia no está en condiciones de pelear aún con el fútbol profesional.
