El alcalde de Murcia José Antonio Serrano emplaza al presidente a que repitan visita el año próximo, ya en Segunda División. Unos mil aficionados se congregaron en La Glorieta.
GREGORIO LEÓN
Desafiando al sol calcinante que ha traído este mes de mayo que quiere imitar a agosto, unos mil aficionados aguardaron la llegada del autobús del Real Murcia a la Glorieta. Y allí, a las ocho y cinco de la tarde, se presentaron los actores de esta película con final feliz. O mejor, los músicos que, cada uno aplicado en hacer sonar su instrumento, han funcionado como una orquesta, por usar palabras del presidente Agustín Ramos en el salón de Plenos.
Antes, desde el balcón, el alcalde José Antonio Serrano dijo que "esto acaba de empezar. Y le he dicho que le quiero aquí el año que viene, en estas fechas, y en Segunda División".
En el salón, Ramos le hizo entrega al alcalde de una camiseta con su nombre, y el número 10 a la espalda.
Mario Simón, siempre desde un segundo plano, tímido ante los gritos de aclamación que brotaron desde la Glorieta, puso en valor en su discurso a la plantilla, destacando su compromiso y humildad. "Ya estamos más cerca de donde el Murcia debe estar", concluyó.
El capitán Armando también puso el acento en la calidad humana de la plantilla murcianista: "Hemos sido un grupo increíble, desde el punto cero. Y este ha sido el mejor vestuario que jamás he tenido. Y hemos sido merecedor de este ascenso".
