Los blancos, con dos goles de Rodrygo y uno de Marco Asensio y Benzema, se llevan el título liguero con un triunfo claro ante el Español (4-0). Carlos Alcaraz, madridista confeso, vio el partido en el Bernabéu.
GREGORIO LEÓN
A lo grande. Como se ha desempeñado el Real Madrid en todo el curso. Con la fiabilidad de una berlina con motor alemán. Así ha conquistado la liga 35 de su historia el equipo blanco, que tuvo un espectador nuevo, que jamás había visto al Madrid en el Bernabéu: Carlos Alcaraz, madridista confeso. Rafa Nadal, otro que piensa en blanco, hizo el saque de honor.
Esta vez no fue en Valdebebas, en la coronaliga. El Santiago Bernabéu, que también piensa en la cita del miércoles, se engalanó para celebrar una nueva Liga. Nada quedó fuera del guion de los blancos, a los que les bastaba el empate para proclamarse campeones. Pero no quisieron dejar al azar la resolución del título. Ni siquiera las múltiples rotaciones de Ancelotti rebajaron el perfil ofensivo del Madrid, que ya al descanso ganaba por 2-0, los dos firmados por Rodrygo.
El Español quiso emitir en la segunda parte señales atacantes más nítidas, pero se encontró con un contragolpe de manual de los locales, que permitió a Marco Asensio hacer el tercero.
Llegó el momento de que Ancelotti hiciera justicia y le diera pista a un jugador esencial para explicar esta liga ganada prematuramente por el Madrid: Karim Benzema, que suplió a Mariano. También entró Kroos, por Modric, otro jugador de capital contribución a este éxito. Igualmente hubo para Vinicius, que salió a disfrutar al campo. Fue él la asistencia de gol a Benzema (26 en liga del francés, 42 en el conjunto de la temporada sobre 42 partidos jugados), para completar un partido que ingresa en la historia del Real Madrid, cuyos aficionados acabaron haciendo la ola en medio de una atmósfera de fiesta en el Bernabéu.
